La visita de Donald Trump a Francia culminó este viernes con el desfile militar del Día de la Bastilla, tras el cual su anfitrión francés, el presidente Emmanuel Macron, dio una corta alocución en la que buscó dejar en claro que la relación de su país con los Estados Unidos es amistosa.
"Estados Unidos es nuestro amigo y nada nos separará jamás", sentenció Macron, buscando llevar tranquilidad y sosiego a una relación difícil de Europa con el nuevo presidente norteamericano. Apenas días antes, una tensa reunión del G-20 separó a los países de ese continente del norteamericano, sobre todo por la salida de los EEUU del Acuerdo del clima de París.
Además, el presidente de Francia promovió un mensaje de unidad para luchar por la seguridad y contra el terrorismo en un día que conmemoró un año desde el atentado en Niza, donde un camión arremetió contra una multitud y tomó las vidas de 86 personas. Ya finalizado el desfile militar en París, Macron se dirige a la ciudad costeña para conmemorar a las víctimas del ataque terrorista junto a sus familiares.
Por último, Macron agradeció nuevamente a los Estados Unidos por ayudar a Francia hace 100 años durante la Primera Guerra Mundial.
Las declaraciones de Macron afirmaron la relación "inquebrantable" entre ambos países, que ya había ratificado Trump el jueves en una conferencia de prensa que otorgó junto a su par francés.
En la misma charla, Trump le dijo a reporteros que el Día de la Bastilla "es una maravillosa celebración nacional".
"Nuestras dos naciones están por siempre unidas por el espíritu de la revolución y la lucha por la libertad", agregó.
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