Hay tres poemas que todos los norcoreanos deben aprender de memoria. Estos son "Para mi única patria" de Ri Su-bok, "Mi patria" de Kim Sang-o y "Madre" de Kim Chul. Juntos, los poemas profesan los tres pilares fundamentales de la filosofía Juche, la ideología oficial de Corea del Norte.
En "Para mi única patria", el poeta afirma que aunque solo tiene una vida para vivir, la sacrificará a su patria, que también es una sola. Aquí, el ser individual se sublima al servicio del país.
"Madre" describe como el amor maternal del Partido de los Trabajadores es más profundo que el de cualquier madre humana, incapaz de criar a su hijo como un individuo separado del estado. En este poema, el amor maternal es inadecuado en sí mismo y profundamente inferior al amor que proviene del Partido.
Por último, "Mi patria" describe al Líder Supremo como la patria auténtica del poeta y el país es subsumido en la identidad de su mandatario.
La poesía norcoreana no se rige por un ideal artístico sino que cumple una función política. En el caso de los tres poemas canónicos mencionados, Corea del Norte, el Partido de los Trabajadores y el Líder Supremo son elevados a un plano superior que el propio ser.
Kim Chul: el poeta arrepentido
La vida de Kim Chul y el origen de "Madre" encarniza como el poeta norcoreano debe ceder su sensibilidad poética a merced de determinadas obligaciones políticas.
Kim Chul era un reconocido poeta norcoreano en la década de los cincuenta y a principios de los sesenta. Por entonces, el país había sido dividido tras la Guerra de Corea (1950-1953) y Kim Il-sung comenzaba a establecer las bases de su nueva dictadura al norte del Paralelo 38.
En esos tiempos, Kim Chul escribía poemas sutiles, breves y bellos. Su poesía lírica trataba a menudo del amor, y era conocido en su tierra como "el Pushkin de Corea" en referencia a Aleksandr Serguéyevich Pushkin (1799-1837), fundador de la literatura rusa moderna.
Uno de sus poemas titulado "Un botón de una chaqueta militar", por ejemplo, imagina a un bebé huérfano de madre confundiendo un botón del uniforme de un soldado por un pezón:
"Vistiendo una chaqueta militar cubierta de pólvora
El soldado sostiene al bebé durmiente en sus brazos
El bebé despierta, acaricia el pecho de su madre
Y se amamanta en el botón de una chaqueta militar.
¡Ah!
Que este soldado se convierta en su madre".
Inspirado en la Guerra de Corea, Kim Chul retrata los horrores y la miseria que soportaron los coreanos durante esa etapa histórica. Sin embargo, como el poema desafiaba el relato oficial del Partido de los Trabajadores, que recuerda a la guerra como una cruzada heroica en la cual Kim Il-sung expulsó victoriosamente a las fuerzas imperialistas fuera de sus tierras, fue prohibido por el régimen. Desde entonces, el Partido comenzó a vigilar de cerca al poeta.
Cuando terminó la guerra, Kim Chul estaba casado con una mujer rusa cuya nacionalidad amenazaba las aspiraciones del gobierno por una cultura coreana homogénea. Entonces, las autoridades emitieron una orden demandando su divorcio, pero se negó a obedecer. Eventualmente, le dieron una opción: o se divorciaba de su mujer, o renunciaba su membresía al Partido de los Trabajadores.
Escogiendo la segunda opción ante semejante opresión, las autoridades resolvieron el asunto por su propia cuenta a la fuerza. Mientras que la mujer fue desplazada a su país natal, Kim Chul fue sentenciado a cadena perpetua en un campo de concentración. Además, como las familias de los criminales son consideradas culpables por asociación bajo la ley norcoreana, su hijo también fue condenado a la misma pena.
Con el paso del tiempo, luego de años de ver a su hijo crecer bajo horrendas condiciones de vida y sometido a una eternidad de trabajo forzado, el poeta cayó en depresión. Culpable del destino de su hijo inocente, admitió su tozudez ante el régimen y pidió permiso para escribir una disculpa al estado, pero su petición fue rechazada. Su nombre había sido eliminado de la historia de la literatura norcoreana.
Eventualmente, el poeta escribió una disculpa titulada "Perdóname":
"Perdóname, Madre
Me quejé de la ropa que me hiciste
Te herí hasta el centro
Perdóname, Madre.
Perdóname, Maestro
No completé mi tarea de química
No aprendí mis tablas logarítmicas,
Te herí hasta el centro
Perdóname, Maestro.
No me perdones, mi patria
Si, en el momento decisivo de la batalla
Me detengo a considerar mi vida
Y la bala del enemigo destinada para mi
Atraviesa a mi camarada
No me perdones.
Yo soy tu hijo
Seré valiente en la batalla
Si, liderando la carga con nuestro estandarte, caigo
Para nunca volver a levantarme
No me olvides, mi patria
Perdóname".
Detectando una oportunidad para difundir el poema con intenciones propagandísticas, Kim Jong-il aceptó la disculpa del poeta. Fue invitado junto a su hijo a regresar a Pyongyang y le fue otorgado un departamento de lujo en un edificio de 40 plantas en el centro de la ciudad. Por su parte, su hijo fue inscrito como estudiante de literatura en la Universidad de Kim Il-sung, debiendo seguir el ejemplo de su padre como poeta oficial del régimen.
En agradecimiento, escribió otro poema titulado "Madre", un himno que, como anticipamos, todos los norcoreanos deben aprender de memoria en la escuela:
"Ahora, yo tengo
Hijos adultos
Y pelo blanco sobre mis oídos
Pero aún llamo tu nombre en la voz de un niño
Madre, te tengo a ti, Madre.
Eres mi madre cuando estoy feliz
Eres mi madre cuando estoy en duelo
Aunque me llames cariñosamente o me regañes, corro a tus brazos
Te pregunto sobre miles de cosas
Te confieso todos mis errores, incluso los que podría haber olvidado
¡No puedo vivir sin mi madre!
Si me suelto, podría perderte
Si abandono tu lado, podría perderte
Incluso mientras duermo, a tientas te busco
Y tu querida mirada descansa en mi cara toda la noche
Y tu suave tacto me acaricia la cabeza
Hasta el amanecer
¿Tu, Madre, eres realmente
La que me dio a luz y leche?
Levanto mis ojos, suavemente
Mirando a su cara de nuevo
Veo que estaba equivocada
Ella no es mi madre únicamente
Sino Madre para todos los hijos e hijas en esta tierra
Criándolos como verdaderos revolucionarios
Esta maravillosa madre me mira de arriba.
Mientras mira sobre toda la tierra
Todo tipo de flores florecen sobre tierras desoladas
Y sus grandes manos, cuando apuntan a los cielos
Abrazo los cuatro cascos del legendario Chollima
¡Ah!
¿Como pude haberme dirigido a esta madre
En mi voz de niño?
¿Como pudo el vasto abrazo de esta madre
preocuparse incluso por mi pequeña cuna?
Siento
Haber comparado a esta madre a una mujer
Quién ni siquiera podría proveerme leche
Una mujer del campo
No debería haber sido colocada junto a Madre.
Pero ¿qué iba a hacer yo?
¡O Partido, O Partido de los Trabajadores Coreanos!
Nunca me enseñaron un nombre más adecuado por el cual llamarte
Que "Madre".
Si un soldado queda atrás en esta guerra santa
Ella corre mil, no, diez mil kilómetros
Ayudándolo a regresar a la fila, envolviéndolo en la bandera roja
Ella es la madre de la revolución, el eterno abrazo de la vida.
En el millón de años de historia de la humanidad
Mil millones de madres
Aguardaron esta mañana en oración
Que con su previsión e integridad
Y tu invencible dirección
Ha amanecido brillantemente sobre esta tierra.
¿Cómo podríamos en nuestra manera infantil
Haber mirado las profundidades de sus
comprensivos ojos?
¡O Partido de los Trabajadores!
¡O Madre!
Tu sabia mirada
Tu madura e imponente visión
Otean esas lejanas colinas del futuro
Y allí yo caminaré.
Daré todo
No dudaré
Si pudiera brillar un rayo más de luz
En tu rostro digno y solemne
Me convertiría en un carbón caliente
Y alimentaría una central eléctrica.
Si tu infinita benevolencia
Volviera verde esos surcos
Yo he de convertirme en un puñado de fertilizante
Y engordar un tallo de arroz.
¿Qué más podría querer?
***
¡O Partido de los Trabajadores!
¡O Partido de los Trabajadores Coreanos!
Incluso luego de ser dispersado hasta los cielos o enterrado bajo la tierra
Regresaré a tu acogida
Como tu hijo
En tu mirada afectuosa
En tu suave tacto, confiaré a mi cuerpo
Por siempre y para siempre
En mi voz de niño
Llamaré tu nombre.
Madre, Madre sin ti
¡No puedo vivir!"
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