Las imágenes, difundidas esta semana, muestra el modus operandi de Al-Shabaab. El atentado se produjo el pasado 24 de mayo en la capital somalí, Mogadiscio, y dejó un saldo de cinco muertos y seis heridos. El objetivo era asesinar a un grupo de policías.
Lo primero que hicieron los terroristas fue bloquear la calle, para que se acumulen los autos. Entonces pusieron en movimiento al coche bomba. El estallido fue impactante, y causó destrozos a varios metros a la redonda.
"Nuestro combatiente se martirizó tras haber matado a agentes de seguridad", afirmó Al-Shabaab en un comunicado, adjudicándose el ataque.
Este martes se produjo un nuevo atentado en la capital. Al menos tres civiles murieron y otros cuatro resultaron heridos por la explosión de una mina terrestre al paso de un minibús en el distrito de Hawlwadag.
Hasta el momento nadie ha reivindicado su autoría, aunque todo apunta a Al-Shabaab. En los últimos meses, la milicia ha perpetrado numerosos ataques contra hoteles y restaurantes, en los que han muerto decenas de personas.
El pasado abril el Gobierno declaró el "estado de guerra" en el país para acabar con la organización armada, que todavía controla amplias zonas del sur y el centro, y ofreció una amnistía a los terroristas que quieran rendirse. Según un reciente informe de Naciones Unidas, sigue teniendo capacidad para efectuar acciones a gran escala tanto dentro como fuera de Somalia y la situación de la seguridad en el país africano "no ha mejorado".
(Con información de EFE)
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