El parlamento regional de Cataluña, en el noreste de España, autorizó este miércoles los clubes de cannabis, asociaciones privadas de consumo de esta sustancia que se han extendido en los últimos años aprovechando un vacío en la ley española que sólo sanciona su uso público.
Con esta ley, aprobada por 118 votos a favor, 8 en contra y una abstención, estas asociaciones podrán abastecerse y distribuir cannabis entre sus socios siempre que sea para el consumo propio, tanto terapéutico como lúdico.
En diciembre de 2014, la región norteña de Navarra aprobó una ley similar pero fue recurrida por el gobierno central conservador ante el Tribunal Constitucional, que la mantiene suspendida hasta tomar un posicionamiento definitivo sobre la cuestión.
En España sólo se sanciona el consumo de cannabis en espacios públicos, lo que deja un vacío jurídico que permite el consumo privado y permitió la emergencia en los años 1990 de asociaciones que comparten y consumen esta sustancia en lugares privados.
Hay entre 700 y 800 asociaciones a nivel nacional, según las estimaciones de la plataforma Regulación Responsable, que pide un marco legal claro para esta actividad. En Cataluña hay alrededor de 400, señala el texto aprobado.
La nueva ley también fija limites ya que estas asociaciones, que tienen prohibido publicitarse, sólo podrán aceptar a socios mayores de edad que ya sean consumidores de cannabis y vengan avalados por otro socio.
Al inscribirse deberán aportar una previsión de consumo medio que permita a la asociación calcular la cantidad necesaria de cultivo. En ningún caso podrán superarse los 80 gramos mensuales por socio.
Los fumadores también podrán disponer de espacios privados donde consumir pero en estos no se podrá distribuir ni alcohol ni otras drogas, tampoco tabaco.
El consumo de cannabis en España es elevado. Según la última encuesta nacional (2015-2016), un 9,5% de los españoles entre 15 y 64 años fumaron cannabis al menos una vez durante el año precedente, por encima del 6,6% de media europea.
La legalización de esta sustancia es un debate abierto en numerosos países del mundo.
Desde hace años la venta al por menor es legal en los Países Bajos y, en los últimos años, Uruguay y varios estados estadounidenses aprobaron su producción, distribución y consumo con fines recreativos y terapéuticos.
Otros países como Colombia, Argentina o Puerto Rico legalizaron su uso terapéutico.
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Con información de AFP