Un terrorista del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) fue linchado el miércoles por los habitantes de Mosul, donde el grupo terrorista lanzó esta semana una serie de contraataques tras infiltrarse en los barrios liberados de la ciudad mezclado entre los vecinos que retornaban a sus hogares.
El hecho ocurrió en el este del bastión de los yihadistas en Irak, luego de que dos terroristas infiltrados comenzaran a disparar contra la policía en un barrio que se creía seguro.
Los ciudadanos han perdido el miedo al ISIS
Entonces, un grupo de vecinos se lanzó sobre los extremistas islámicos y los redujo, matando a golpes a uno de ellos antes de que las fuerzas de seguridad se llevaran detenido al otro.
"Los ciudadanos han perdido el miedo al ISIS", dijo a la agencia EFE el portavoz de la Policía de Nínive, Mazen al Ahmadi, quien destacó que era un "fenómeno nuevo".
Por otro lado, en Tel Tiba, una localidad del oeste de Mosul, un grupo de civiles armados mató a dos integrantes del grupo terrorista, incluyendo a un líder conocido como Abu Abdulah al Halabi, cuando estos intentaron bloquear el acceso al lugar.
Las tropas iraquíes se encuentran en la etapa final del asedio de Mosul, tras ocho meses de brutales combates urbanos, y avanzan sobre el casco antiguo de la ciudad, donde los últimos combatientes del ISIS están peleando hasta la muerte.
El ambiente de victoria es tan palpable que miles de habitantes se unieron el martes por la noche en festejos callejeros con motivo de la llegada de una donación de 1.500 libros científicos y literarios para reconstruir la biblioteca de la Universidad de Mosul, destruida por el ISIS, según reportó EFE.
Estos festejos fueron criticados por muchos, ya que los combates aún no han terminado, pero contribuyeron a llevar un "mensaje al mundo de que los iraquíes aman la paz", según dijo el delegado del gobierno central en Bagdad, Abu Bilal al Baghdadi.
Incluso, decenas de miles de vecinos desplazados de sus hogares por los combates han comenzado a retornar en las últimas semanas intentando volver a la normalidad.
Precisamente este flujo de personas hacia Mosul ha producido una amenaza en la seguridad, ya que varios yihadistas provenientes de otras regiones del ISIS se infiltraron entre los habitantes y luego activaron células dormidas en diferentes barrios liberados, según confirmó el teniente general Abdulwahab al Saadi a la AFP.
En medio de este contraataque, los iraquíes debieron enviar fuerzas especiales a combatir en los barrios occidentales de Yarmuk y Al Tanak, que habían sido liberados semanas atrás. También hubo levantamientos menores en otras partes de la ciudad.
Además de frenar la velocidad del asalto final sobre el casco antiguo al forzar una redistribución de recursos, estos inesperados asaltos provocaron nuevamente el éxodo de los vecinos que llegaban a recuperar sus hogares.
La policía iraquí señaló, en tanto, que tomaron medidas para evitar nuevas infiltraciones, que adelantan las posibles tácticas futuras del ISIS una vez que sea derrotado militarmente en Irak y Siria y pase, como señalan los expertos, a la clandestinidad.
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