Luego de los recientes combates por la toma de la ciudad de Marawi al sur de Filipinas, el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en ingles) enfatizó claramente su hostilidad hacia los cristianos, tal como se expresó en el asesinato de muchos de ellos y en la destrucción de sus iglesias.
La hostilidad y el nivel de violencia del grupo terrorista también fueron reflejados en la retórica que siguió a la campaña que consistentemente presentó los combates en Filipinas como una guerra de siglos contra los "cristianos" y los "cruzados".
En referencia al ataque sobre Marawi, donde aún existen residuales de ISIS combatiendo a las fuerzas gubernamentales a través de guerrillas urbanas, fue dado a conocer un segundo comunicado. El primero había sido el 24 de mayo de 2017. En el actual, el Estado Islámico se aseguró de tener en cuenta filmaciones que documentan cómo fue incendiada una iglesia y cómo 75 cristianos ("cruzados" según los tildan los yihadistas) fueran asesinados o heridos gravemente.
Durante el ataque a la ciudad, ISIS tomó como rehenes a medio centenar de cristianos y luego los ejecutó. La organización informó sobre la masacre de estos "cristianos hostiles" en la edición número 10 de su revista en inglés Rumiyah, publicada la primera semana de junio. Cinco días después, el 12 de junio, también difundió un comunicado acompañado de un breve video que supuestamente muestra la ejecución de cristianos del área de Marawi.
Otro video del Estado Islámico mostró a sus combatientes destruyendo una iglesia católica en la ciudad. El portal MEMRI muestra a sus terroristas arrasando y destruyendo iconos, estatuas, crucifijos y despedazando imágenes del papa Francisco antes de prenderle fuego y destruir totalmente el santuario.
En una entrevista publicada en la revista Rumiyah, el jefe de la organización en Filipinas, Asylon Hafilon, alias Abu Abdallah Al-Muhajir, describió la lucha en el país como consecuencia de un conflicto de siglos entre musulmanes y cristianos por una parte, y musulmanes y budistas por otra.
Abu Abdallah dijo que "el cristianismo se extendió ampliamente por el Sudeste Asiático bajo la espada del colonialismo de los cruzados", y que una pequeña "vanguardia" de musulmanes tomó las armas con el fin de combatirlo. Hoy, estos musulmanes han prometido lealtad al jefe de ISIS, Abu Bakr Al-Baghdadi –quien está vivo y a resguardo según Abu Abdallah-, y a quien reconocen como el líder de todos los musulmanes.
Abu Abdallah agregó que el Estado Islámico en Asia Oriental es la unión de varios grupos que han decidido adherir a "la gran yihad contra los infieles" y que comparten un proyecto de larga data para establecer de forma definitiva un estado islámico en las regiones de mayoría musulmana del Sudeste Asiático por medio de la yihad armada. Entre esas organizaciones, la más relevante es la de Abu Sayyaf, conocida en los últimos cuatro años por secuestrar a occidentales.
"El dominio de nuestro pueblo musulmán cubrirá todo lo que alcance la noche y el día", indicó el jefe de ISIS en Filipinas en su último comunicado.
"En consecuencia, o bien se someten o pagan el jizya (impuesto a cristianos y judíos) de buena manera mientras son sometidos, o se preparan para recibir lo peor, ya que los combates de nuestros muyahidines continuarán sin piedad y los atacaremos hasta destruir sus regiones, sus casas y sus bienes, sometiéndolos por medio de las armas hasta que no quede nada de ellos", concluyó.
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