El padre del estudiante estadounidense Otto Warmbier, liberado el martes tras 17 meses detenido en Corea del Norte, refutó este jueves la versión de las autoridades norcoreanas sobre el coma que padece su hijo y agradeció al gobierno de Donald Trump por la vuelta de su hijo.
El régimen de Corea del Norte sostiene que Warmbier, de 22 años, sufrió un brote de botulismo y le dieron una pastilla para dormir, pero no volvió a despertarse.
"Incluso si crees su explicación de botulismo y una pastilla para dormir que causa un coma, y nosotros no lo creemos, no hay excusa para que cualquier nación civilizada le negara tratamiento médico", dijo Fred Warmbier en una rueda de prensa en la escuela de educación secundaria en la que se graduó su hijo en Cincinnati, Ohio.
El hospital de la Universidad de Cincinnati informó este jueves que Otto Warmbier se encuentra en estado estable, aunque sufre una "lesión neurológica grave".
El padre ya había admitido este miércoles, en declaraciones a la cadena Fox News, que "Otto no se encuentra bien ahora", tras haber sido "aterrorizado y maltratado" por "un régimen paria en Corea del Norte".
Fred Warmbier afirmó este jueves que él y su esposa sintieron "incredulidad" y "shock" cuando tuvieron conocimiento de que su hijo estaba en coma.
El padre también agradeció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su apoyo para conseguir la liberación de su hijo y reveló que el mandatario le le habló por teléfono el miércoles.
En contrastó señaló que en 2016 se había reunido con diferentes funcionarios del gobierno de Barack Obama que le recomendaron mantener un "bajo perfil", sin lograr resultados.
Corea del Norte decidió liberar "por motivos humanitarios" al ciudadano estadounidense, según afirmaron el jueves los medios estatales.
Warmbier llevaba más de un año en coma, en el que entró poco después de su última aparición en público, durante su juicio en Pyongyang en marzo de 2016, según su familia.
Durante ese juicio, el joven estadounidense, que había entrado como turista a Corea del Norte, fue condenado a 15 años de trabajos forzados por intentar robar un cartel propagandístico del hotel en el que se hospedaba en Pyongyang, lo que el régimen norcoreano consideró un "acto contra el Estado".
Con información de EFE
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