Comenzó en junio de 2015 como una simple conversación por el servicio de mensajería de Facebook. Pero al poco tiempo, se transformó en algo más. Kathleen Martin conoció a Jack Fucile cuando ella tenía 31 años y él apenas 16. Lo contrató para que hiciera trabajos de jardinería, pero de inmediato comenzaron a tener sexo. La pasión y el fuego interno de ambos fue incontenible.
Ambos del Condado de Durham, Reino Unido, a los siete meses de mantener una relación secreta se dieron cuenta que ese desenfreno de sexo los colocó en una situación extrema: Kathleen estaba embarazada. Él se mostró feliz; ella, entusiasmada con la idea de traer al mundo a su tercer hijo. Ya tenía dos de otras relaciones previas.
Pero tres semanas y media antes de la fecha programada para el nacimiento de Jay, la mujer -ahora de 32 años- comenzó con trabajos de parto inesperadamente en su habitación. Tranquilo, Jack hizo lo que no cualquier padre haría en ese momento. Recostó a su novia e hizo él mismo de partero. Llamó por teléfono al hospital donde Kathleen se atendía durante el embarazo y ante la urgencia comenzaron a darle instrucciones de cómo llevar adelante el parto.
Una vez que Jay nació, ambos llevaron al recién llegado hasta el centro médico para que lo revisaran. Querían asegurarse de que todo estuviera en orden. Lo estuvo.
"Cuando Jay sea mayor le podremos decir cómo su papito lo trajo al mundo y contarle qué buen trabajo que hizo", relató Kathleen al diario inglés The Sun. "Jack es realmente maduro para su edad. Más allá de la diferencia de edad, lo llevamos muy bien. Él estaba tan excitado (con el embarazo), que no podía esperar a que el bebé arribara", contó la mujer.
Jack abandonó los estudios tras conocer a Kathleen. Le explicó a su madre el tipo de relación que ambos tenían y la mujer quedó en shock. Sin embargo, con el tiempo comprendió que ambos se amaban. Ahora, trabaja como acomodador de automóviles en una empresa.
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