Ana Ricks vivió una de las tragedias más negras que le puede ocurrir a una madre: sufrir la muerte de su hijo. A los 31 años, Greg falleció en un accidente de tránsito, pero la madre pudo vivir una experiencia única al volver a sentir el corazón de su hijo en funcionamiento, luego de un transplante médico que le salvó la vida a otra persona.
Ampliamente agradecidos por la donación del órgano, la familia de Greg Robbbins recibió a la madre de su tocayo para el esperado momento.
Con ayuda de un estetoscopio, Anna comenzó a sentir el latido con una gran sonrisa y algo de nerviosismo, pero no pasó ni cinco segundos hasta que rompa en llanto. La mujer solo atinó a abrazar con fuerza al nuevo portador del corazón de su hijo.
La escena fue compartida por Gwen, esposa de Robbins, quien destacó la importancia de la donación para salvar vidas. Además, reveló que en un primer momento la familia no quería entregar los órganos. " Al principio le dijeron que no a los médicos, pero luego cambiaron de opinión. Si no hubieran reconsiderado la decisión, mi esposo no estaría vivo, le quedaban pocas semanas", detalló.
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