Los islamistas afines al grupo yihadista Estado Islámico enfrentados a las fuerzas de seguridad en el sur de Filipinas mataron a 19 civiles, llevando a 85 muertos el balance de casi una semana de enfrentamientos, informaron este domingo las autoridades.
Estos enfrentamientos llevaron el martes al presidente filipino Rodrigo Duterte a decretar la ley marcial en Mindanao, segunda isla más importante del archipiélago.
Las autoridades anunciaron que los combatientes islamistas mataron a 19 civiles en Marawi, ciudad de mayoría musulmana de 200.000 habitantes en el noroeste de Mindanao. Entre ellos, figuran tres mujeres y un niño que fueron hallados muertos en una universidad.
"Son civiles, mujeres. Esos terroristas están contra el pueblo. Hallamos los cuerpos en una operación de búsqueda" el sábado, declaró a la AFP el coronel Jo-ar Herrera, portavoz regional del ejército.
Un fotógrafo de AFP dijo el domingo haber visto ocho cuerpos en una carretera en un suburbio de Marawi. Los habitantes los identificaron como empleados de un arrocero y de una escuela de medicina.
Herrera precisó que el ejército investigaba esas muertes.
Los combates de Marawi estallaron después de un ataque de las fuerzas de seguridad contra un supuesto escondite de Isnilon Hapilon, considerado como el jefe del EI en Filipinas.
Estados Unidos considera a Isnilon Hapilon como uno de los terroristas más peligrosos del mundo y ofrece cinco millones de dólares por su cabeza. Además, es uno de los dirigentes de Abu Sayyaf, grupo islamista especializado en los secuestros.
Pero las fuerzas de seguridad sufrieron un estrepitoso fracaso. Decenas de combatientes acudieron para frenarlas, antes de sembrar el caos agitando banderas negras del EI.
Tomaron además como rehenes a un cura y 14 personas en una iglesia e incendiaron el lugar.
Además de los 19 civiles, 13 militares, dos policías y 51 activistas islamistas murieron en los combates, durante los cuales el ejército bombardeó zonas residenciales en donde creía que se atrincheraban combatientes.
La mayoría de los habitantes de la ciudad huyeron.
"Vamos a evitar daños colaterales pero esos rebeldes nos obligan al atrincherarse en las casas privadas, edificios públicos y otras instalaciones", declaró el portavoz del ejército, Restituto Padilla.
"Su rechazo a rendirse hace que toda la ciudad esté cautiva. Es por lo tanto cada vez más necesario utilizar ataques aéreos quirúrgicos para limpiar la ciudad y poner fin lo antes posible a esta rebelión", agregó.
Duterte y los jefes del ejército afirmaron que la mayoría de los combatientes islamistas pertenecen al grupo Maute, que se declaró afín a Estado Islámico. Pero el presidente también acusó a criminales locales de apoyar al grupo Maute en Marawi.
Con información de AFP
LEA MÁS: