Los líderes de las siete mayores potencias económicas del G-7 se reúnen este viernes y sábado en la ciudad italiana de Taormina (Sicilia) decididos a luchar unidos contra los grupos yihadistas, a pesar de sus divisiones en temas como el proteccionismo y el cambio climático.
Bajo imponentes medidas de seguridad tras el atentado el lunes en Manchester, que causó 22 muertos, con tiradores de élite en los tejados, drones y cámaras de vigilancia, la pequeña ciudad siciliana de Taormina acoge a los líderes de los Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Italia, el Reino Unido y Japón.
La cumbre de dos días en la medieval Taormina arranca empañada por la muerte de tantos niños y adolescentes en el atentado en Manchester, por lo que la primera ministra británica, Theresa May, lanzará el viernes un llamado a los países del G-7 para luchar contra la radicalización en internet.
Tanto la británica May como el presidente estadounidense Donald Trump, el francés Emmanuel Macron y el italiano Paolo Gentiloni viven su primera vez en la selecta reunión de las democracias más industrializadas.
La cumbre en Italia es considerada como una prueba clave para medir la seriedad de la nueva administración estadounidense y conocer si Trump implementará sus controvertidas promesas de campaña electoral contra el acuerdo de París sobre el cambio climático.
Los altos funcionarios de los Gobiernos están dispuesto a negociar sin descanso y hasta lo último para tratar de salvar lo que hasta ahora resultan diferencias irreconciliables de cara a la intención anunciada por Trump de romper el pacto mundial histórico logrado en París para reducir las emisiones de carbono.
Importantes delegados admiten que es necesario limitar los daños ante los temores de que la presidencia de Trump comience a aplicar el lema de campaña "America First" ("Estados Unidos, primero").
El anfitrión de la cumbre, Paolo Gentiloni reconoció la víspera de la reunión que la situación no es fácil.
"La presidencia italiana tratará de que se apruebe una declaración común contra el terrorismo y a la vez fomentar un acercamiento entre las diferentes posiciones", declaró a la prensa.
El tema de la lucha antiterrorista resulta un tema que une, pese a la protesta del Reino Unido y de la misma May por las filtraciones de las agencias de inteligencia estadounidense sobre el atentado de Manchester publicadas por la prensa de los Estados Unidos.
El mandatario estadounidense, que calificó de "muy preocupantes" las supuestas filtraciones, pidió al Departamento de Justicia y "a otras agencias relevantes" una "completa investigación al respecto".
Para Trump, quien aterrizó el jueves en una base aérea estadounidense cerca de la sede de la cumbre, la reunión de Taormina es la última etapa de su primera gira internacional de nueve días, que incluyó Arabia Saudita, Israel, El Vaticano y Bélgica.
Los seis jefes de Estado y de gobierno desean recibirlo con la mente "abierta" y evitar dar la impresión de aliarse en su contra, según explicaron fuentes diplomáticas italianas.
En cuanto al comercio, los llamados sherpas, es decir, los asesores de las delegaciones, negocian sin parar varios puntos de una declaración común que se conocerá el sábado.
Trump, al contrario que sus aliados, defiende el proteccionismo y adelantó que viene a denunciar las prácticas desleales en el comercio internacional.
Las "posibilidades de fricciones son muy altas", comentó Julianne Smith, analista del Centro para la Seguridad de América (CNAS).
(Con información de AFP)
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