Las imágenes tomadas por la policía británica y filtradas el miércoles por las autoridades estadounidenses develaron que la bomba casera usada por Salman Abedi, el atacante suicida que se hizo estallar en Manchester, era más sofisticada y poderosa de lo esperado.
Pero también mostraron un detalle macabro creado por el cuidadoso empleo de la metralla para generar la mayor cantidad de víctimas entre el público, compuesto en su mayoría por niñas y adolescentes, y el descuartizamiento del cuerpo del atacante suicida.
Un círculo de la muerte casi perfecto se formó alrededor del sitio donde explotó Salman Abedi, según muestra un diagrama del lugar exacto en el que murieron las víctimas, creado por las autoridades británicas y reproducido por el Daily Mail.
Pero una brecha en el anillo no causó víctimas: es el lugar donde el cuerpo del terrorista, que llevaba la bomba en una mochila, contuvo la explosión antes de ser impulsado con violencia hacia adelante.
De hecho, su torso fue encontrado tras las puertas de entrada y ya dentro del Manchester Arena, empujado por la fuerza de un artefacto explosivo cuidadosamente cargado de tornillos y tuercas que fueron lanzados como metralla en todas direcciones.
Al menos 22 personas murieron en el ataque terrorista suicida al final de un concierto de Ariana Grande el lunes por la noche en la ciudad inglesa. En tanto más 100 resultaron heridas, algunos de ellas de gravedad.