Michael Jeffries se sentía solo en Melbourne pese a que estaba rodeado de amigos y familiares. En sus 27 años, nunca había experimentado el amor. Jamás una mujer lo había acompañado en su vida. Nada de novias, y eso lo mantenía angustiado. Hasta que se dio cuenta de que algo debía cambiar. Y empezó por su estado de ánimo y, sobre todo, su físico.
Michael pesaba 107 kilogramos. Tenía un abdomen considerable y se puso como objetivo bajarlo drásticamente para poder conquistar algún corazón, pero, más que nada, para sentirse pleno y saludable. Cambió su historia, cambió su vida.
"Estaba odiando a la persona que veía en el espejo. Me avergonzaba vestir ropa liviana o estar desnudo en la playa o en una piscina. Estaba cansado de las bromas sobre mi gordura, y llegó un punto en el que supe que ya era suficiente y decidí que necesitaba hacer un cambio y no volví a mirar hacia atrás", señaló Michael a Unilad.
Y explicó qué fue lo que hizo durante los últimos años: "Comencé a limpiar mi dieta y me inscribí en un gimnasio. Poco tiempo después me enamoré de las pesas. Naturalmente que cuando haces un régimen y comienzas a ejercitarte, bajas mucho peso", indicó Jeffries. También contrató a un entrenador para que lo guiara en sus ejercicios.
La transformación fue increíble. En pocos meses logró reducir 27 kilogramos de su peso, algo que jamás hubiera logrado sin una estricta rutina de cuidado de su cuerpo. En su perfil de Facebook, sorprende con sus antes y después.
Ahora sólo tiene un problema: qué hacer con el exceso de piel que le generó la reducción. Fue por eso que decidió viajar a Tailandia para someterse a una cirugía que lo ayudara. Era más barato que en Australia y allí había más experiencia en ese tipo de operaciones. Hoy, el sueño de Michael es otro. Ya no está desesperado por hallar una novia. Le gustaría, pero tiene otro objetivo en mente: convertirse en un levantador de pesas profesional.
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