Podría haber causado un incidente diplomático, pero el chiste culinario de Francisco parece haber sido bien recibido por Donald Trump y su esposa, Melania. En uno de los momentos más distendidos de su reunión con el presidente de Estados Unidos en el Vaticano, Francisco hizo alusión al tamaño físico de Trump.
"¿Qué le das de comer?, ¿potica?", le dijo Francisco a Melania, en una referencia a una torta calórica típica de su Eslovenia natal, que se pronuncia "potteezza". Ella, rápida de reflejos, contestó: "Sí, potica". Y rió.
Todos festejaron el comentario, pero casi de compromiso. Es que nadie en la sala, ni siquiera el propio presidente Trump, realmente entendió de qué conversaban ellos dos. Para todos los presentes, el Pontífice había dicho "pizza". Más tarde, el malentendido se disipó. La Casa Blanca confirmó la complicidad entre el Papa y la primera dama.
Francisco sabe bien de lo que habla cuando menciona la potica, porque el marido de su sobrina es un argentino de origen esloveno. Al parecer, el Pontífice pregunta regularmente por este pastel cuando recibe visitantes eslovenos.
La potica es un bizcocho enrollado servido con crema. Su alto contenido de mantequilla y azúcar lo convierten en un plato muy calórico.
Así, el Papa habló del sobrepeso del mandatario estadounidense. Según los últimos datos conocidos antes de su asunción, Trump mide 1,88 metros y pesa 107 kilos. Médicamente, tiene sobrepeso, pero no es obeso.
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