El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) volvió a sufrir un duro golpe en medio de la avanzada de las fuerzas del régimen de Bashar al Assad contra el grupo terrorista. La agencia de noticias oficial siria, SANA, informó que fue abatido por el ejército Abu Mosab al Masri, conocido como el "ministro de guerra" de ISIS.
En la operación que tuvo lugar en el este de la provincia noroccidental de Alepo, los soldados también dieron muerte a otros cabecillas del grupo terrorista, la mayoría de nacionalidad iraquí y saudita, como su jefe en el este de Alepo, Abu Odai al Iraqui; su "emir" de finanzas en la zona, Abu Abdalá al Kisri, y el responsable de seguridad, Abu Ahmed al Abayi.
SANA agregó que en total unos 3.000 combatientes de ISIS fallecieron o resultaron heridos en ataques de las fuerzas armadas sirias en la mitad oriental de Alepo, donde los uniformados destruyeron 19 tanques, 10 coches bomba y 71 centros de mando de los radicales.
En esas operaciones, unidades militares retomaron el control del aeropuerto de Al Yarah y "restauraron la seguridad y estabilidad" en numerosas localidades y granjas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó que 18 militantes del Estado Islámico, entre ellos un "emir" local, perecieron en enfrentamientos en el área de Maskane, en el extremo oriental de la ciudad.
Las fuerzas de Al Assad llegaron a esa localidad con el respaldo de los terroristas libaneses de Hezbollah.
La ONG ha documentado unos 62 bombardeos de aviones y helicópteros castrenses contra posiciones del ISIS en la región.
En los últimos días, el régimen sirio ganó terreno en su lucha contra ISIS en el este de Alepo, ciudad vecina a la provincia de Al Raqqa y donde el pasado 17 de enero iniciaron una ofensiva contra los extremistas.
Entretanto, los yihadistas han retrocedido también en Al Raqqa frente a las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por milicias kurdas y respaldada por Estados Unidos.
Con información de EFE
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