El raid de terror del Estado Islámico en Europa alcanzó un nuevo hito: por primera vez el objetivo yihadista se centró en los niños. Es que el público de Ariana Grande es preadolescente. La estrella pop tiene 106 millones de seguidores en Instagram y sus fanáticos son principalmente menores.
De hecho, la segunda víctima fatal confirmada en el atentado en Manchester es Saffie Rose Roussos, un niña de ocho años que se encontraba desaparecida y que era intensamente buscada por sus familiares. La primera no era mucho mayor, tenía 18 años y se llamaba Georgina Bethany Callander. Todavía no se conoce la identidades de los otros 20 muertos, pero no sería de extrañar que fueran chicos. Es más, según información oficial, al menos 12 de los 59 heridos son menores de edad.
Hay antecedentes de atentados direccionados específicamente contra menores en los últimos tiempos, como por ejemplo el secuestro de 276 niñas en abril de 2014 en la ciudad de Chibok, en el norte de Nigeria, por parte del grupo extremista islámico Boko Haram. Esta agrupación juró su lealtad al Estado Islámico, pero no opera en territorio europeo.
Con el atentado en Manchester, ISIS redobló su apuesta. Esta nueva etapa de terror en territorio europeo comenzó el 7 de enero 2015. Ese día, ISIS irrumpió en las oficinas del diario satírico Charlie Hebdo, en París, y masacró a 12 personas. ISIS atacaba a la prensa por "blasfemia contra Alá", por "ser un mensajero contra el islam".
The #ManchesterBombing is the latest deadly terror attack in Europe since 2015 pic.twitter.com/JsrRYNy2uV
— AFP news agency (@AFP) May 23, 2017
El radicalismo islámico tampoco tolera el consumo de alcohol ni el esparcimiento… ni la música ni las películas, por lo que, en esa lógica perversa, se entiende el raid contra bares y discotecas en París en noviembre de 2015. Fueron seis ataques simultáneos realizados en un teatro, en las afueras del Estadio de Francia, y en distintos bares y restaurantes, que dejaron 130 muertos.
Luego llegaron los "Low Cost": atropellamientos, apuñalados, asesinatos con cualquier herramienta cotidiana, siempre bajo la premisa de matar "infieles" de la manera más barata posible y sin ninguna logística sofisticada. De ese tipo, se registraron siete ataques en este período.
En todos los episodios en territorio europeo fueron asesinados menores, pero en el de Manchester, el objetivo eran los niños.
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