Apenas elegido el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, la clase política francesa comenzó a pensar en la batalla de las legislativas de junio próximo, en la que las fuerzas tradicionales tratarán de cercenar el poder del nuevo inquilino del Elíseo.
Aunque tradicionalmente las legislativas suelen dar al presidente una mayoría que le permite aplicar sus políticas, en esta ocasión la descomposición de los partidos tradicionales en las presidenciales hace el resultado más incierto.
Un sondeo publicado este domingo por "France Info" indica que el 61 % de los franceses no desea que el nuevo presidente tenga una mayoría absoluta en las legislativas.
Los sondeos publicados el domingo aseguran que el partido de Macron logrará entre el 24 y el 26 % en la primera vuelta de las legislativas del 11 de junio próximo, por delante de los conservadores (22 %), del ultraderechista Frente Nacional (entre 21 % y 22 %), de los izquierdistas de Jean-Luc Mélenchon (13 % a 15 %) y del Partido Socialista (8 % a 9 %).
Esos porcentajes no tienen por qué traducirse directamente en diputados en la segunda vuelta del 18 de junio, ya que el sistema francés es mayoritario y solo elige un escaño en cada circunscripción.
Macron carece de un partido asentado. Su movimiento, En Marcha, fue fundado hace menos de un año y no tiene ningún cargo electo, aunque se presentará en todas las circunscripciones.
En cuanto a la ultraderechista Marine Le Pen, segunda en las presidenciales, solo cuenta con dos diputados en la actual cámara saliente.
Esa perspectiva ha atizado la batalla por las legislativas apenas confirmada la victoria de Macron.
Le Pen se autoproclamó jefa de la oposición y anunció una reestructuración de su partido para crecer en las legislativas y poder poner freno a las políticas "mundialistas" del nuevo presidente.
Su llamamiento a formar una "alianza de patriotas" contrastó con el anuncio del soberanista Nicolas Dupont-Aignan, con quien se fusionó tras la primera vuelta, de que presentará candidatos propios a las legislativas.
Le Pen no fue la única que aprovechó la noche electoral para lanzar la carrera de las legislativas.
Descabezado por la derrota de su candidato en la primera vuelta, François Fillon, el partido conservador Los Republicanos dio por terminada la "tregua" de las presidenciales.
Si durante las dos semanas que separan la primera de la segunda vuelta se mantuvieron en un segundo plano y pidieron el voto por Macron para frenar a Le Pen, en la noche electoral comenzaron su campaña por las legislativas.
El vicepresidente del partido, Laurent Wauquiez, aseguró que Macron "es un presidente elegido sin entusiasmo popular", por lo que consideró posible una victoria conservadora en las legislativas que les permita abrir una cuarta cohabitación y aplicar su programa.
Varios líderes de Los Republicanos sostienen que la derrota de Fillon se debe a las sospechas de corrupción de su candidato, pero que el programa conservador es mayoritario en la sociedad.
Otros, sin embargo, no ocultan que se ven capaces de cooperar con el nuevo presidente, que ya ha anunciado que su Gobierno será abierto y tendrá personalidades de todas las sensibilidades políticas.
Más dividido aparece aún el Partido Socialista, descoyuntado entre quienes ya han dado su respaldo a Macron, que fue ministro de Economía del actual presidente, el socialista François Hollande, entre 2014 y 2016, y quienes apuestan por defender las siglas de la formación en las legislativas.
Entre los primeros destaca el ex primer ministro Manuel Valls, que aseguró que hay que "construir una mayoría" en torno al presidente, al tiempo que pidió que se superen las divisiones partidistas.
En el otro extremo, el candidato que defendió las siglas del PS en la primera vuelta, Benoît Hamon, que tuvo el peor resultado de la historia del partido, apenas el 6 % de los votos, pidió formar alianzas de izquierdas para lograr una mayoría en la Asamblea Nacional, unas palabras interpretadas como un llamamiento a la unidad con el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Este, cuarto de la primera vuelta con más de 7 millones de votos, también compareció en la noche electoral para pedir que el impulso que obtuvo se transforme en una fuerza parlamentaria.
"Podemos construir una nueva mayoría parlamentaria. Las legislativas deben mostrar que tras el voto de rechazo y de miedo ha llegado el momento de apostar en positivo", señaló.
LEA MÁS: