(Reuters)
La tensión en la península de Corea sigue en aumento mientras Pyongyang amenaza con una guerra nuclear y la alianza entre Washington y Séul muestra su poder con la intención de frenar el programa atómico del hermético régimen.
Los ejercicios Foal Eagle, en conjunto entre Corea del Sur y Estados Unidos, y el envío del USS Carl Vinson a la región fueron equiparados por Corea del Norte a una prueba de misiles balísticos.
Pero el martes los países subieron un escalón en la tensión, luego de que los bombarderos estratégicos B-1B Lancer sobrevolaran la península y generara la reacción de Pyongyang, que señaló en un comunicado que "la provocación militar imprudente está llevando la situación en la península coreana al borde de la guerra nuclear".
Estos aviones con alas de geometría variable, que se extienden o retraen según las necesidades de velocidad, fueron introducidos en el arsenal de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1986 y son parte de su tríada de bombarderos estratégicos nucleares, junto al icónico B-52 Stratofortess y el B-2 Spirit.
Pero a diferencia de estos, el Lancer tiene la capacidad de romper la barrera del sonido y volar a 1335 kilómetros por hora, además mantener una velocidad de crucero de 1100 kilómetros por hora, que es incluso superior a la máxima alcanzada por el B-52 y el B-2 Spirit, según datos de la empresa Boeing, dueña de Rockwell, su fabricante.
Con una tripulación de cuatro, cada uno de estos B-1B puede llevar unos 34.000 kilogramos de bombas y misiles internamente o en sus alas, incluyendo también armamento nuclear; es decir, la misma cantidad que el avejentado Stratofortress y bastante más que el Spirit, especializado en evadir radares.
Mientras que su alcance es decripto por Boeing como "intercontinetal" y revistas especializadas lo sitúan cerca de los 10.000 kilómetros.
Desde su introducción, los Lancer han llevado su terrible poder destructivo a Irak, Afganistán, Libia y Kosovo, y el martes volaron sobre la península coreana desde su base en la isla de Guam, en el Pacífico.
La Fuerza Aérea estadounidense dijo en un comunicado que los bombarderos volaron para realizar ejercicios de entrenamiento con las fuerzas aéreas de Corea del Sur y Japón, reportó la agencia Reuters.
Pyongyang argumentó, en cambio, que los B1-B realizaron "un simulacro de lanzamiento de una bomba nuclear contra objetos importantes" en su territorio, en momentos en que Trump y "otros belicistas estadounidenses claman por llevar a cabo un ataque nuclear preventivo" contra Corea del Norte.
No es la primera vez que los Lancer sobrevuelan la región. En septiembre de 2016 realizaron un vuelo a baja altura cerca de la base estadounidense de Osan, en Corea del Sur, luego de que el régimen de Kim Jong-un realizara con éxito su quinto ensayo nuclear..
Para algunos expertos, una sexta prueba es inminente en el corto plazo.
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