La puesta en funcionamiento del sofisticado escudo antimisiles THAAD en Corea del Sur por parte de Estados Unidos disparó las alarmas en China, que pidió la suspensión "inmediata de su despliegue".
La decisión de su instalación se tomó en julio de 2016 luego de una serie de pruebas misilísticas y nucleares del régimen de Kim Jong-un, pero recién se volvió operativo este martes.
"Está en funcionamiento y tiene la capacidad para interceptar misiles de Corea del Norte y defender a la República de Corea del Sur", confirmó el coronel Rob Manning, portavoz de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur.
Pero los chinos y también los rusos creen que el sistema puede debilitar su capacidad misilística y alegan que altera el equilibrio de seguridad regional.
¿Cómo funciona esta nueva arma defensiva?
El sistema de Defensa Aérea Terminal de Gran Altitud (THAAD, en inglés) fue desarrollado en Estados Unidos por la empresa Lockheed Martin y cuenta con lanzadores de proyectiles dotados de la capacidad de interceptar misiles balísticos en su etapa final, a un costo de USD 800 millones por batería.
Puede atacar misiles a una distancia de hasta 200 kilómetros y a una altitud entre 40 y 150 kilómetros.
De esta manera servirá de complemento a otro sistema que ya funciona en Corea del Sur, el PAC-3, con la capacidad de interceptar a una altura de hasta 25 kilómetros y una distancia de 40 kilómetros.
En su primera etapa, los radares afectados al THAAD detectan una amenaza e identifican el blanco.
La orden llega a las baterías de nueve lanzadores, y los misiles interceptores, hasta 72 por sección, son lanzados según las necesidades
La explosión convencional destruye luego al misil balístico en vuelo.
Esta capacidad asusta especialmente a China y Rusia, ya que si bien los misiles empleados en Corea del Sur tienen un alcance relativamente limitado de 200 kilómetros, los radares son capaces de operar hasta un máximo de 2.000 kilómetros de distancia.
(Condado de Seongju, ubicación aproximada de la batería THAAD en Corea del Sur)
Pekín argumenta entonces que el sistema invade su territorio, mientras que Moscú considera que afecta a su seguridad y que contribuirá a un estancamiento mayor en la península coreana.
Además de la instalada en Corea del Sur, Estados Unidos mantiene dos baterías en su propio territorio, con el plan de llegar a desplegar un total de seis.
Con información de Reuters
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