El vuelo SU 270 de la compañía Aeroflot que unía Rusia con Tailandia se convirtió en una pesadilla. Muchos pasajeros creyeron que no sobrevivirían y varios de ellos, incluidos tres niños, sufrieron severas heridas al producirse una súbita turbulencia que sorprendió a varios sin cinturones de seguridad.
Al menos dos de los 27 heridos reportados debieron ser sometidos a cirugías de urgencia a causa de múltiples fracturas y hemorragias. El video del hecho fue posteado por Evgenia Zibrova, quien relató que "una hora antes de llegar a Bangkok hubo muchos bolsillos de aire, lo que generó varias turbulencias y provocó fracturas y hemorragias internas y externas".
También relató que había mucha gente con su nariz rota por los golpes contra diferentes elementos, ya sea del avión o el equipaje que comenzó a caer desde y a volar de un lado a otro de la cabina de pasajeros.
"Había niños cubiertos de heridas, gente inconsciente. Gracias a Dios estamos vivos", dijo la testigo en declaraciones que reproduce el Daily Mail.
Entre los principales damnificados están tres bebés cuyas madres no pudieron retenerlos en brazos o evitar que se golpearan al ser desplazados violentamente de sus asientos por los sacudones de la aeronave.
El hecho sucedió cuando estaban a una hora de aterrizar en Bangkok, capital del país del sudeste asiático. Como era un vuelo normal hasta el momento, había muchas personas fuera de sus asientos, lo que los expuso a las peores consecuencias.
Vladimir Sosnov, cónsul ruso en Tailandia confirmó que "los heridos sufrieron múltiples fracturas" y que entre ellos hay "ciudadanos rusos y de otros países". Sostuvo que los heridos más graves "no tenían sus cinturones de seguridad colocados".
Fuentes citadas por medios británicos indican que al menos 19 heridos fueron hospitalizados, mientras que otros fueron tratados a bordo mismo del avión. Testigos indicaron que en el momento de comenzar las violentas turbulencias no había orden de permanecer sentados y con los cinturones de seguridad abrochados.
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