El sábado 25 de abril de 2015 Nepal vivió la mayor catástrofe de sus últimos 80 años. Un terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher dejó un saldo de casi 9.000 muertos, 22.000 heridos, y medio millón de casas destruidas o dañadas. Pasados ya dos años de aquel desastre natural, el vice comandante del Batallón Kedem de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), mayor Oz Gino, recordó con nostalgia, y a la vez orgullo, aquella "movilizadora" experiencia.
"Ese sábado por la mañana yo estaba en la universidad. Recibí una llamada de la oficina de operaciones [de las FDI], diciéndome que había ocurrido un desastre en Nepal", relató el soldado israelí, en diálogo con Infobae.
"Me advirtieron que mandarían una delegación a Katmandú, por lo que debería estar preparado", agregó.
Finalmente, el domingo por la noche partió hacia la capital nepalí un avión de la Brigada de rescate del Ejército de Israel para asistir a los damnificados y ayudar en el rescate de los civiles atrapados entre los escombros.
La misión estuvo conformada por 260 integrantes de las FDI, entre soldados y médicos militares, y fueron enviadas 95 toneladas de equipos de rescate y ayuda humanitaria.
A su llegada a Katmandú, el Ejército instaló un campamento en el que fueron atendidos 1.600 pacientes, se realizaron 85 cirugías y se llevaron a cabo ocho partos. Este gran operativo de ayuda y rescate le valió al equipo de emergencia médica de Israel el reconocimiento de las Naciones Unidas como el "mejor del mundo".
"Sin dudas fue la experiencia más fuerte que me tocó vivir en mis 12 años en la Armada", reconoció Oz Gino.
Desde que pisó suelo nepalí se vio profundamente conmovido. "La primera imagen que recuerdo cuando aterrizamos fue la estrella de David en nuestro avión. No pude evitar pensar que apenas 70 años atrás ese mismo símbolo fue usado por mi abuela en Rumania durante el Holocausto", relató el joven soldado israelí, quien no pudo contener las lágrimas en ese primer momento de su misión en Nepal.
"Fue muy movilizador darme cuenta de que éramos un pueblo libre capaz de ayudar a otra gente", remarcó.
Fue tal la magnitud del terremoto que la delegación de la que formó parte Oz Gino no pudo encontrar a ninguna persona con vida entre los escombros. Sin embargo, otro equipo de rescate, también del Ejército israelí, sí logro encontrar sobrevivientes: "Fue una especie de milagro".
A dos años de la terrible catástrofe, el soldado aún tiene en su cabeza las estremecedoras imágenes con las que se encontró en Nepal. Personas con heridas profundas, algunas sin piernas o brazos… No obstante, eso no fue lo más desgarrador para Oz Gino. Sino el hecho de que mucha gente "había perdido la fe".
La misión tampoco fue algo sencillo para la delegación israelí. Pese a estar entrenados para hacer frente a combates o incluso catástrofes naturales, "hay ciertas situaciones ante las que uno no está preparado, como ver miles de familias que perdieron a sus seres queridos".
"Pero teníamos que ser profesionales y cambiar el chip en nuestras cabezas para hacer nuestro trabajo", reconoció el encargado de la seguridad en la región de Judía y Samaria.
Así arribó el cuerpo de rescate de Israel a Nepal
El poco tiempo libre con el que contaban, lo utilizaban para descansar y hacerse apoyo moral. "Todos los días teníamos conversaciones sobre la situación, lo que veíamos, lo que debíamos enfrentar (…) Tratábamos de ayudarnos entre nosotros, pensando que en pocos minutos teníamos hacer un cambio de chip".
"Teníamos que entender que somos profesionales y que teníamos que dejar a un lado las emociones", resumió.
A dos años de esa experiencia que cambió su vida, Oz Gino subrayó el orgullo que siente al defender a su pueblo, pese al sacrifico que eso significa. Pero, por sobre todas las cosas, destacó que la misión de ayuda humanitaria en Nepal mostró el "verdadero espíritu" del pueblo judío.
"El espíritu del pueblo judío es ayudar al otro. Sin importar su origen o religión. Con mucha gente de la delegación no nos conocíamos, pero en dos minutos nos convertimos prácticamente en familia", concluyó.