Lim Hye-jin supo ser una de las guardias en uno de los campos de muerte de Corea del Norte. Hasta el día de hoy, la desertora del régimen de Kim Jong-un recuerda, aterrorizada, los momentos vividos bajo las órdenes del dictador norcoreano.
Torturas, decapitaciones, violaciones a los presos políticos. Esa fue la rutina a la que estuvo sometida durante siete años. "No los ven como seres humanos, los ven como animales", declaró Lim, según consigna Daily Mail.
Los campos de trabajos forzados reúnen a unas 200.000 personas. La mayoría, mujeres y niños.
"Fuimos manipulados para no sentir ninguna simpatía por los prisioneros", relató Lim, quien terminó en la prisión después de ser atrapada en China.
"Nos dijeron que habían cometido crímenes terribles. Ahora sé que eran personas normales, así que me siento muy culpable", agregó.
Entre las experiencias más traumáticas que vivió la ex guardia del régimen norcoreano recuerda la decapitación de dos hermanos "frente a todos" y cómo los agentes de seguridad quemaron viva a una mujer.
Muy pocos pudieron escapar de esos escondites ocultos, inspirados en los gulags de Stalin. Allí, además de ser torturados y sometidos a trabajos forzosos, los reclusos pasan hambre.
Por su parte, los guardias hombres abusaban sexualmente a las reclusas con frecuencia. "Los prisioneros no tenían derecho a decir que no", explicó.
Lim reconoció que era tal la impresión que le generaban esas imágenes que llegó a pasar días sin comer.
Las declaraciones de la ex guardia del régimen tienen lugar en medio de la creciente tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos.
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