Stuart Hill declaró la independencia de Forvik, poco más que una roca en el pequeño archipiélago de las Shetland, en 2008. Según el inglés que naufragó en la zona en 2001 y se quedó para siempre, la isla habitada por nutrias, focas y aves marinas no pertenece a Escocia.
Algunos lo consideran un hombre desquiciado. Pero luego del plebiscito que decidió la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea, separatismo y fragmentación parecen fuerzas en ascenso. El grupo Wir Shetland, que conforman ya 400 miembros activos y asegura tener 1.600 simpatizantes, promueve la independencia del archipiélago en su conjunto; Gary Robinson, líder del Consejo de las Islas Shetland, favorece en cambio una autonomía mayor.
"El efecto dominó del Brexit se ha sentido claramente en Escocia, donde hay una presión nueva por la independencia escocesa, y en Irlanda del Norte, donde hay llamados a votar para la reunificación con Irlanda", escribió Stephen Castle en The New York Times. "Pero ahora las olas llegan hasta Shetland, que tiene una población de 23.000 personas pero una identidad propia". Los habitantes de las islas que el rey Christian I de Dinamarca y Noruega entregó al rey James III de Escocia en 1469, como prenda por la dote de su hija, tienen raíces más vikingas que celtas.
Las autoridades han refutado varias veces al microindependentista Hill. Estuvo detenido por manejar su automóvil con placas de Forvik que él mismo diseñó —un atributo que se tomó como autoproclamado primer ministro— y luego de insistir con su posición ante los tribunales pasó 28 días en la cárcel, durante los cuales hizo una huelga de hambre.
El pequeño archipiélago tiene millones ahorrados por sus riquezas de petróleo y pesca, pero temen tener que gastarlos por los recortes presupuestarios de Edimburgo
Llegar hasta Forvik es tan complicado que Hill va sólo dos veces al año, y se queda en un refugio que construyó al declarar la autonomía. En cambio, llegar a las reservas de energía y de pesca de todo el archipiélago de Shetland es tanto más fácil que el Concejo tiene un fondo de reservas financiado solamente por la industria petrolera de USD 375 millones. El hecho de que esos fondos se deban gastar en cubrir los recortes que ordenó el gobierno en Edimburgo profundizó el ánimo independentista.
La administradora del hotel Magnus Bay, en Hillswick, dijo al diario estadounidense: "Podríamos haber sido ricos en el mismo nivel que Noruega, con millones de libras en el banco para cada persona; nos hubieran tratado con más respeto". Andrea Manson agregó que los habitantes de las Shetland no se consideran escoceses. "Hay mucho viento para usar kilts", ironizó.
Sobre esas bases Hill se prepara para crear un pasaporte de Forvik y solicitar permisos de planificación. "Creo que puedo hacer que las Islas Shetland sean el epicentro de la ruptura de los estados monolíticos", estimó ante The New York Times.
LEA MÁS: