Marine Le Pen: el salto más largo de la ultraderecha francesa

La hija del fundador del Frente Nacional ha logrado su lugar en el ballotage gracias a una estrategia que consistió en desembarazarse de la herencia familiar

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Marine Le Pen, la ultraderecha con rostro de mujer (AP)
Marine Le Pen, la ultraderecha con rostro de mujer (AP)

Pese al espanto que ha generado dentro y fuera de Francia, Marine Le Pen ha logrado quedar entre los dos favoritos en el ballotage que definirá al próximo presidente francés. Y pese a que las encuestas le vaticinan una derrota ante el centrista Emmanuel Macron, muchos analistas eligen la cautela a la hora de hablar de lo que ya puede catalogarse como "el fenómeno Le Pen". Todo gracias a una estrategia que, paradójicamente, ha consistido en desembarazarse de la herencia familiar.

Marine se ha incorporado a la política bajo la mirada de su padre, Jean Marie Le Pen, fundador en los comienzos de la década del 70 del ultraderechista Frente Nacional (FN). El pasado del ex presidente del partido, marcado por las denuncias de torturas durante su paso como teniente en Argelia, su discurso xenófobo, racista y antisemita, ha operado como una sombra sobre la formación política, muchas veces percibida más como una caricatura fascista que como un partido con verdaderas chances de llegar al Elíseo. 

Sin embargo, el éxito electoral acumulado por Marine Le Pen desde que tomó las riendas en 2011 —escándalo familiar mediante— ha superado en varios puntos al logrado por su padre. Primero, consiguiendo el tercer lugar en las presidenciales de 2012; más tarde, triunfando en las elecciones regionales de 2015; y finalmente, desde hace pocos meses, convirtiéndose en una de las favoritas indiscutidas de la primera ronda de los comicios presidenciales del 23 de abril. Su ingreso en el ballotage confirma su meteórica carrera electoral.

(Getty Images)
(Getty Images)

La ultraderecha posible 

Los especialistas utilizan diversos términos para expresar el fenómeno. Desde la "suavización" del tradicional discurso del Frente Nacional, hasta la "desnazificación" o "desdiabolización"del partido, que implicó el desplazamiento de históricos dirigentes de línea dura —comenzando por el octagenario Jean Marie Le Pen—. 

"El rostro amable" de la formación derechista, como la bautizaron los medios de todo el mundo, se ha valido en ese proceso de su mano derecha, Florian Philippot, un diplomado gay de la Escuela Nacional de Administración. Su objetivo es emprender el cambio de la etiqueta de "partido de la ultraderecha" en dirección a una oferta "ni de izquierda, ni de derecha", reivindicando el patriotismo y en la búsqueda de cuadros capaces de administrar el Estado desde un eventual gobierno.

Marine ha impulsado una ruptura con su padre para modificar la imagen del Frente Nacional (Getty Images)
Marine ha impulsado una ruptura con su padre para modificar la imagen del Frente Nacional (Getty Images)

La transformación del Frente Nacional también ha apuntado —con cierto éxito— a la conquista del electorado joven, tras años de ser identificado con un partido de adultos mayores. Mientras que uno de cada tres franceses de entre 18 y 34 años dice no sentirse cercano a ningún partido político; cuando lo están, el FN se ubica a la cabeza de los sondeos.

Hasta los afiches de campaña expresan dicho viraje. El eslogan "La France apaiseé" (en castellano, "La Francia calmada") da cuenta del abandono de la retórica belicosa con la que se identificó a la formación en tiempos de Jean-Marie.

Afiches de campaña de Marine Le Pen: “La Francia calmada”
Afiches de campaña de Marine Le Pen: “La Francia calmada”

Francia y la Unión Europea, con la marca de la crisis 

El resultado del ballotage da cuenta además de un fenómeno que ha marcado toda la campaña electoral de la primera y la segunda vuelta, y que encuentra sus paralelos también fronteras afuera: la crisis de los partidos tradicionales franceses. 

Marine Le Pen en el Parlamento Europeo
Marine Le Pen en el Parlamento Europeo

Una de las bases del ascenso del Frente Nacional y, concretamente, de la posibilidad de que el partido ultraderechista consiga formar gobierno en caso de llegar al poder, es el derrumbe de Los Republicanos, profundamente afectados por la causa de corrupción que persigue a su candidato, François Fillon. 

Pero no sólo de los escombros del republicanismo —y de la conquista de los votos gaullistas— se ha visto favorecido el lepenismo. El derrumbe del socialismo y, puntualmente, la decepción tras cinco años del gobierno de François Hollande explican "por izquierda" este proceso. La impopularidad récord con la que culmina el mandato el actual presidente tiene sus orígenes en la ola de ataques terroristas, la crisis migratoria y los altos índices de desempleo (por encima del 10%), que obligaron a Hollande a bajarse tempranamente de la carrera por un nuevo mandato.

Marine Le Pen (AP)
Marine Le Pen (AP)

El futuro —y la crisis actual— de la Unión Europea (UE) también está en el centro del debate. En efecto, una de las promesas de campaña del Frente Nacional consiste en la convocatoria a un referéndum que decida sobre un eventual "Franxit".  

"Cuando un experimento fracasa tan estrepitosamente, hay que darlo por terminado", dijo Le Pen en una entrevista con un medio local sobre la Unión Europea. Sin embargo, no son pocos los analistas que advierten que la candidata busca más una oportunidad para negociar en mejores condiciones con Alemania que una ruptura definitiva.

El "modelo" Trump

Pese a que no le tiembla el pulso al pronunciar su discurso centrado en el rechazo a la inmigración, la seguridad e identidad nacional, y el proteccionismo e intervencionismo en el plano económico, el electorado de Le Pen ha sido claramente identificado con los sectores más postergados de la sociedad francesa. 

(AP)
(AP)

De acuerdo con varios analistas, la fórmula de Le Pen ha estado "inspirada" en la exitosa campaña que, algunos meses atrás, llevó a Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos. Es que Francia tiene su propia "white trash": la clase obrera blanca y empobrecida, que padece el desempleo y, en ese contexto, percibe a los inmigrantes como una amenaza para sus propias condiciones de vida.

Trump y Le Pen no esconden su simpatía mutua: la francesa ha celebrado el triunfo del magnate en diciembre pasado, mientras que el jueves, después de un ataque terrorista en los Campos Elíseos, Donald Trump tuiteó un mensaje que fue interpretado como una apuesta por la candidata del FN: "Otro ataque terrorista en París. Los franceses no tolerarán mucho más de esto. ¡Tendrá un gran efecto en la elección presidencial!".

El debate Le Pen- Macron y las chances

El último episodio de la campaña podría haber inclinado la balanza a favor de Macron, quien se mostró "más convincente" que su rival durante el debate televisado del miércoles pasado.

El 63 por ciento de los encuestados por teléfono al término del debate consideraron que Macron presentó mejor sus argumentos, frente al 34 por ciento que se pronunciaron por Le Pen, según la encuesta difundida por la cadena BFMTV.

Sin embargo, Le Pen no perdió el tiempo y aprovechó la oportunidad para utilizar la artillería pesada contra su rival. Sus acusaciones fueron desde la subordinación de Macron a la canciller alemana Angela Merkel, la -muy dudosa y no probada- posesión del ex funcionario de cuentas en las Bahamas, hasta la disparatada cifra de lo que la Unión Europea le costaría a Francia. Con todo -verdades y mentiras incluidas- hemos visto a una candidata que fue 'por el todo o nada' para llegar al Elíseo. 

 
 
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