A una semana de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, el domingo 23 de abril, la distancia que separa a los cuatro candidatos principales se estrecha, obligándolos a realizar un último esfuerzo para seducir a un número récord de indecisos.
El candidato centrista, Emmanuel Macron, y la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, permanecen igualados con el 22%, justo por delante del conservador François Fillon y el representante de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon. El pelotón tiene una distancia de entre tres y cinco puntos, según los últimos sondeos, lo que deja la puerta abierta a cualquier escenario, teniendo en cuenta el margen de error.
En tanto, el dato que deja sin dormir a los jefes de campaña es el inédito nivel de indecisos: uno de cada tres electores no sabe aún a quién votar. Otros, además, indicaron a las encuestadoras que su decisión "podía cambiar" en los próximos días".
#Présidentielle
Sondage BVA 12-14/04#Macron 23% 🔹#LePen 22% 🔻#Mélenchon 🔺= #Fillon 20%🔺
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/@lamontagne_fr pic.twitter.com/iC3TTBOFGT— France Bédos (@FranceBedos) April 14, 2017
Para los analistas, el modo de votación incita a los electores a emitir un voto útil y elegir "al menos malo de los candidatos que tienen una posibilidad", según el investigador Michel Balinski, del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS).
En un país marcado por los atentados recientes, un acentuado desempleo y una economía débil, los votantes castigaron con el rechazo al socialista Benoît Hamon, candidato del oficialismo, quien queda relegado de la foto final con una intención de voto de apenas el 7,5%. Los votos de la izquierda fugaron hacia Mélenchon o Macron.
Los franceses parecen confusos en medio de una campaña atípica y marcada por los escándalos. Los electores de derecha han asistido así a la caída de la popularidad del ex favorito de la campaña, el conservador François Fillon, tras las revelaciones sobre los supuestos empleos ficticios otorgados a su esposa y a dos de sus hijos.
El sábado, en campaña en el centro del país, pronunció un discurso vibrante sobre Francia, su identidad y el patriotismo, fustigando al "comunitarismo" y al "islam". Para sus partidarios, el avance en estas últimas semanas de Jean-Luc Mélenchon podría jugar a su favor, removilizando a los electores de derecha. Los fillonistas promueven la amenaza de una segunda vuelta entre dos extremos, insistiendo sobre la audiencia de Marine Le Pen.
La oferta de la izquierda también está dividida. El vencedor sorpresa de las primarias en su sector, el socialista Benoît Hamon padece el avance de Mélenchon y la unión de los barones socialistas en torno a Emmanuel Macron.
"Estaré en la segunda vuelta", afirma, por su parte, Mélenchon en las columnas del diario Le Parisien. Acusado de populista por sus detractores, el líder de Francia Insumisa, un antiglobalización crítico con Europa, desmiente ser de extrema izquierda y se describe como un hombre "apasionado" e insumiso frente al orden establecido por capitalistas y liberales. En las últimas semanas, logró concentrar a un importante y creciente número de seguidores en sus presentaciones.
Durante este tiempo, Macron, benjamín de los candidatos, con 39 años de edad, parece querer evitar cualquier riesgo. El que se presenta como "ni de izquierda, ni de derecha" y encarna el relevo para sus partidarios, sigue yendo "al contacto" de los franceses "tranquilo, sereno y decidido".
Su gran éxito en esta campaña ha hecho que sea el objetivo de un gran número de sus adversarios, especialmente de Marine Le Pen.
La líder del Frente Nacional lo atacó directamente en un mitin el sábado, estimando que con él el poder "sería el islamismo en marcha" (aludiendo al nombre del partido de Macron, ¡En Marcha!). En este último tramo electoral, la líder de la extrema derecha ha recurrido a uno de sus temas predilectos, la inmigración, con críticas a rivales como Mélenchon por querer "hacer entrar a todo el mundo en Francia".
E instó a sus seguidores: "Cada uno de ustedes debe convencer a un indeciso o tomar por la mano a un abstencionista". "¡Empujen con fuerza las puertas del Elíseo!", apostilló.
La posibilidad, por ahora baja, de una decisión final entre Le Pen y Mélenchon generó preocupaciones entre algunos inversores aún consternados por la inesperada votación para que Gran Bretaña abandonara la Unión Europea.
El último tramo llega con las sospechas de fraude en esos comicios, después de que se destapara que algunos electores han recibido por duplicado su convocatoria de voto, y se suma a las amenazas recibidas contra los principales candidatos. Además, sobrevoló la campaña las denuncias de una posible injerencia de la inteligencia rusa en el proceso.
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