Más de 55 millones de turcos están llamados a participar este domingo en un referéndum que se ha vuelto crucial para el país y para las relaciones de éste con el mundo. En efecto, aunque está en juego la modificación de 18 de los 177 artículos de la Constitución —que implicarán nada más y nada menos que el paso de un régimen parlamentarista a uno híper presidencialista—, la atención del mundo se ha concentrado en Turquía debido a las grandes incógnitas planteadas ante un eventual triunfo del actual presidente, Recep Tayyip Erdogan.
De acuerdo con la mayoría de los observadores, el referéndum constitucional se ha convertido en un verdadero plebiscito sobre la figura de Erdogan, quien con una victoria podrá concentrar aún más el poder que ya posee desde que forma parte del Gobierno en 2003 —primero como primer ministro y más tarde como presidente—. Si gana, podrá presentarse en las próximas elecciones de 2019 y aspirar a ocupar el cargo por diez años más.
Ese poder es sólo comparable al de los sultanes del desaparecido Imperio Otomano y, para algunos, lo ubica incluso por encima del fundador de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk. Como presidente, Atatürk impuso una serie de reformas de gran alcance para crear un Estado moderno, democrático y laico, y por eso pasó a la historia como el "padre de la patria". Erdogan, a quien sus seguidores también nombran baba (o padre), podría, a partir del domingo, impulsar la liquidación del republicanismo impuesto por su predecesor.
La economía, clave del ascenso nacionalista
En el proceso de ascenso y fortalecimiento de Erdogan en el poder, el desarrollo económico explica al menos a un tercio de sus votantes. Así lo cree Ariel Gonzalez Levaggi, candidato a doctor de la Universidad Koç, en Turquía: "Además de obras de infraestructura, Erdogan ha impulsado un proceso de modernización económica con un modelo neoliberal, y una transformación social del país favorable al sector conservador".
Se trata de la economía más importante de Medio Oriente —es el doble de la de Irán— y es la segunda después de Rusia en el contexto euroasiático. Sus tasas de crecimiento se han mantenido constantes en los últimos años.
Actualmente, sin embargo, Turquía atraviesa una incipiente crisis económica. Esto se debe, por un lado, a la dramática caída del turismo, afectado por los temores acerca de la seguridad nacional tras los recientes atentados terroristas y, por el otro, a un contexto internacional que no ha sido favorable en los últimos años para las llamadas potencias emergentes. Resta ver si dicha crisis se traducirá en una motivación para el No.
Las consecuencias del golpe de Estado fallido contra Erdogan
El referéndum llega casi exactamente 9 meses después del intento de golpe de Estado contra Erdogan por parte de una facción de las Fuerzas Armadas que él identificó como seguidora de su ex aliado y ahora enemigo, el clérigo Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos. El levantamiento militar sirvió, en los hechos, para fortalecer a la figura de Erdogan y fue la excusa perfecta para la convocatoria formal a la votación del domingo.
En estos nueve meses de "estado de emergencia", la represión interna se ha profundizado, así como también la persecución de periodistas y opositores al régimen, que fue definida por muchos como una verdadera purga. A los casi 300 muertos y 3.000 heridos de la noche del levantamiento y el día posterior, hay que sumar unas 76.500 detenciones dentro del Estado y en el sector privado.
El episodio también ha dotado a la campaña de Erdogan por el Sí (Evet) en los meses previos al referéndum de un mensaje amenazante. Quien vote por el No (Hayir) apoya el terrorismo, fue una de sus polémicas declaraciones.
"Creo que Erdgan va a ganar, el tema es por cuánto. Si la diferencia es menor a 3 o 4 puntos porcentuales, sus opositores van a tomar nota. Esto puede generar un riesgo latente de inestabilidad política, más teniendo en cuenta que durante el último año hubo un intento de golpe de Estado y una serie de atentado terroristas", explicó Gonzalez Levaggi.
Turquía y el mundo
Otro de los aspectos claves de la votación está vinculado a los posibles efectos que podría tener un triunfo de Erdogan sobre la compleja —y a veces inestable— política exterior turca.
Un capítulo especial de esta política tiene que ver con las relaciones con la Unión Europea (UE): "Hace tiempo que están estancadas. Turquía empezó las negociaciones de adhesión al mismo tiempo que Croacia. Este país ya es miembro de la UE y Turquía está muy lejos de serlo. Lo que ha cambiado durante el último año es que la relación es cada vez más tensa, más agria", afirmó Eduard Soler Lecha, investigador del Barcelona Centre for International Affairs. El reciente episodio diplomático con Holanda, que terminó con la suspensión de las relaciones entre ambos, es muestra de eso.
Según González Levaggi, la sociedad turca atraviesa un momento de desánimo y decepción con Europa, en alguna medida vinculado al reforzamiento del discurso nacionalista, y por las propias crisis del bloque.
Pero pese a que se oyen voces que a un lado y a otro quieren dar por terminada la relación, los factores que empujan para que no se produzca un divorcio abrupto siguen siendo muy potentes. Turquía está firmemente anclada al mercado común europeo y, por otro lado, su rol es crucial para la UE en materia migratoria.
El otro capítulo tiene que ver con los Estados Unidos de Donald Trump. "Por el momento, esa relación es un interrogante. Lo que podemos decir es que la reacción de Ankara ante el bombardeo de EEUU en Siria fue de respaldo. De hecho, presionó para que haya más ataques similares y un cambio de régimen; es decir, el desplazamiento de Bashar al Assad del poder", dijo González Levaggi.
El 'péndulo' de la OTAN
El rol de Turquía como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es otro de los interrogantes que se han abierto desde que, en los últimos meses, su política ha ido oscilando entre Rusia y Estados Unidos.
Recientemente, Ankara ha actuado junto con Teherán y Moscú para favorecer un alto al fuego en Siria, aislando a los Estados Unidos en el conflicto.
Con uno de los Ejércitos más poderosos del mundo —actualmente operativo en el sudeste del país, contra los kurdos; en Siria y en Irak—, los especialistas coinciden en que es altamente improbable que Turquía abandone la alianza, aunque reconocen que opera dentro de ella con cierto grado de "autonomía".
"No permitió la construcción de una base permanente de la OTAN en el Mar Negro, reservando para sí el control sobre el tráfico de buques militares en los Estrechos del Bósforo y los Dardanelos. Ésta última es una posición histórica asegurada en la Convención de Montreal, previa a su ingreso en la alianza", dijo González Levaggi a Infobae.
Por su parte, Soler Lecha explicó que las relaciones con Rusia —o la idea de unirse a la Organización de Cooperacion de Shanghai— no son una alternativa sino una forma de recordarle a Occidente que Turquía importa. "Si la UE representa el anclaje económico para Turquía, la OTAN es su anclaje en materia de seguridad. Al resto de los socios tampoco les conviene una Turquía aislada", destacó.
A eso se suma la inscripción como candidato en las próximas elecciones iraníes del ex presidente Mahmoud Ahmadinejad, que podría tensar aún más las relaciones entre Occidente y el régimen de los ayatollah. En ese escenario, el rol de Turquía en la región se potenciaría, y lo más probable es que eso ocurra de la mano de Estados Unidos.
El referéndum, aún con resultado incierto
En la víspera de la elección, medios turcos publicaron que el promedio de las encuestas sobre los resultados del domingo anticipaban un escenario de paridad entre el Sí y el No, con una leve ventaja a favor de Erdogan. Lo que es seguro es que el desenlace del crucial referéndum, sea cual sea, se sentirá dentro y fuera de Turquía.
Barely any daylight between Yes and No in Turkish referendum voter intention, according to our tracker. https://t.co/S47sy8lMXb pic.twitter.com/URQijRUAzT
— JamesInTurkey.com (@jamesinturkey) April 13, 2017
El proromedio de las encuestas de opinión sobre el referéndum muestra un escenario de virtual empate técnico
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