No había nadie en el estacionamiento cuando el vándalo apareció delante de la cámara. En una mano llevaba una ganzúa y en la otra, un bidón con combustible.
Estuvo un rato tratando de forzar alguna puerta del depósito, hasta que finalmente consiguió ingresar. Una vez adentro, roció con el líquido inflamable una hilera de ocho autos de alta gama, valuados en casi un millón y medio de dólares.
Entonces, tomó un fósforo y lo prendió. Increíblemente, en lugar de tomar distancia, lo arrojó delante de sus pies. Ocurrió lo obvio: no sólo se incendiaron los autos, sino que él mismo se prendió fuego.
El hombre salió corriendo, totalmente envuelto en llamas. Afuera siguió yendo de un lado a otro, hasta que la cámara lo perdió.
El incidente ocurrió el 12 de marzo, pero la Policía de Estocolmo difundió el video ahora, con la esperanza de que el público colabore para identificar al atacante. Un portavoz de la fuerza aseguró que, a pesar de que debía estar seriamente herido, no ingresó a ningún hospital de la zona.
La única pista que tienen es un auto plateado al que se lo vio yéndose del lugar al mismo tiempo que se desataba el incendio. Sospechan de que un cómplice podría haberlo ayudado a apagar las llamas, para luego llevárselo a algún lugar a tratarse.
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