La historia del padre sirio que perdió a sus mellizos, su esposa y otros 19 parientes en el ataque químico

El brutal bombardeo ordenado por el régimen de Bashar al Assad le quitó la vida a unos 30 niños y decenas de civiles. Entre las escenas de horror y sufrimiento, Abdel Hamid Alyousef debió enterrar a sus seres más queridos. También recibe tratamiento por su exposición los agentes neurotóxicos

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Abdul-Hamid Alyousef,  de 29 años, sostiene a sus hijos en camino al cementerio, víctimas del ataque quimico (AP)
Abdul-Hamid Alyousef,  de 29 años, sostiene a sus hijos en camino al cementerio, víctimas del ataque quimico (AP)

Abdel Hamid Alyousef no podía secarse las lágrimas que no dejaban de surcar su rostro. Ambos brazos estaban ocupados sosteniendo los cuerpos de sus dos hijos, los mellizos Aya y Ahmed, víctimas, de tan sólo 9 meses, del abominable ataque químico sobre Idlib. Abdel, además, llora la muerte de su esposa y de otros 19 parientes que perdieron la vida en el bombardeo sobre el poblado sirio de Jan Sheijun.

En el camino al cementerio, el apesadumbrado padre acarició el cabello de sus bebés y murmuró a sus cuerpos sin vida: "Di adiós, bebé, di adiós". Allí los esperaban los pocos sobrevivientes de la familia para el masivo entierro. Cada rama del clan tuvo su propia fosa.

Más de 80 personas, incluidos 30 niños y 20 mujeres, murieron en el ataque con armas químicas atribuido por la comunidad internacional al régimen de Bashar al Assad, y la cifra podría aumentar.

Los cohetes cayeron en las orillas de Harah Norte, un distrito donde radica gran parte del clan Alyousef. Los miembros del clan y sus vecinos huyeron, pasando de casa en casa para intentar encontrar a parientes.

Cuando se produjo la barbarie, el padre estaba con sus mellizos, una niña y un niño. "Los saqué de la casa junto con su madre", dijo Abdel, propietario de una tienda, a la agencia AP. "Al principio estaban conscientes, pero 10 minutos después podíamos percibir el olor".

(AP)
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Aya y Ahmed murieron por el ataque químico
Aya y Ahmed murieron por el ataque químico

Los gemelos y su esposa, Dalal Ahmed, empezaron a sentirse mal. Los llevó con los paramédicos y, pensando que estarían bien, fue a buscar al resto de su familia. Halló los cadáveres de dos de sus hermanos, dos sobrinos y una sobrina, así como los de vecinos y amigos.

"No pude salvar a nadie. Todos están muertos", señaló a los sobrevivientes, que esperaban con una noticia aún peor para Abdul. Sólo después sus parientes pudieron armarse de valor para decirle que sus hijos y su esposa también habían muerto.

Su dolor no cede con las horas y no halla las respuestas. "Eran niños. ¿Cuál fue su culpa? ¿Por qué lanzaron el gas? ¿Por qué?", se quejaba a viva voz en el entierro.

"Abdel Hamid está en muy mal estado", dijo su primo Alaa Alyousef. Está recibiendo atención médica por exposición a la toxina, "pero está especialmente mal por su gran pérdida".

Otra integrante de la familia, Aya Fadl, recordó que salió corriendo de su casa con su hijo de 20 meses en sus brazos y que pensó que podía protegerse en la calle del gas tóxico. En lugar de ello, la maestra de inglés de 25 años enfrentó en primera persona el horror del ataque: una camioneta pick-up cargada con cadáveres, incluidos muchos de sus familiares y alumnos.

Ammar, Aya, Mohammed, Ahmad, los amo mis pajaritos; realmente ellos eran como pajaritos. Tía Sana, tío Yasser, Abdul-Kareem, por favor, escúchenme

"Ammar, Aya, Mohammed, Ahmad, los amo mis pajaritos; realmente ellos eran como pajaritos. Tía Sana, tío Yasser, Abdul-Kareem, por favor, escúchenme", decía Fadl, conteniendo el llanto mientras recordaba cómo se despidió de sus familiares que estaban amontonados junto a otros cuerpos sin vida. "Los vi. Estaban muertos. Todos están muertos ahora".

"Tengo el corazón roto. Todo fue terrible. Todos estaban llorando y no se podía respirar", dijo Fadl. "Hemos pasado por muchas cosas en Siria y hemos tenido muchas situaciones difíciles. Ésta es la situación más difícil y más dañina que he tenido".

La condena internacional en 2013 por un mortal ataque con gas sarín logró que el dictador Al Assad declare que había destruido su arsenal químico y se sume a la Convención sobre las Armas Químicas. Pero un año después, se volvieron recurrentes los ataques con gas de cloro, en los que han muerto decenas de personas.

(AFP)
(AFP)

Sin embargo, la masacre del martes no fue ocasionada por cloro, un irritante con capacidad limitada para matar. La alta cifra de muertos, así como los graves síntomas como convulsiones, pupilas contraídas y vómito, indican que se usó un gas más complejo.

Un equipo de la organización Médicos Sin Fronteras que examinó a varias víctimas en un hospital cercano a la frontera con Turquía dijo que los síntomas corresponden a exposición a un agente neurotóxico: al menos dos agentes químicos diferentes. La valoración inicial de los Estados Unidos es que involucró el uso de cloro y sarín, según dos funcionarios estadounidenses que pidieron no ser identificados porque no tenían autorización para hablar públicamente sobre el asunto.

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