El gobierno de Donald Trump ha dado, finalmente, sus primeras definiciones sobre la situación en Medio Oriente y puntualmente sobre Siria, que acaba de cumplir su sexto año de guerra civil.
El jueves, desde Turquía, el secretario de Estado, Rex Tillerson, afirmó que la suerte del dictador Bashar al Assad depende del pueblo sirio, despegándose de esa manera de la política del gobierno de Obama, que había puesto la salida de Al Assad como "condición" para las negociaciones.
La visita del responsable estadounidense se concentró fundamentalmente en la situación en Siria, un día después de que el gobierno turco anunciara el final de la operación Escudo del Éufrates, lanzada en el país vecino en guerra en agosto pasado.
“A largo plazo, la suerte del presidente Al Assad será decidida por el pueblo sirio”
"A largo plazo, la suerte del presidente Al Assad será decidida por el pueblo sirio", declaró Tillerson en una rueda de prensa conjunta con su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu.
Mientras tanto, la embajadora estadounidense ante la ONU afirmó, también este jueves, que la prioridad de su gobierno ya no es sacar del poder al presidente Bashar al Assad, sino encontrar vías para poner fin a la guerra civil siria.
"Escogemos nuestras batallas", afirmó Nikki Haley a la prensa. "Y cuando vemos esto (la situación en Siria), se trata de cambiar las prioridades y nuestra prioridad ya no es enfocarnos en sacar a Al Assad".
“Nuestra prioridad ya no es enfocarnos en sacar a Al Assad”
La diplomática, que en abril asumirá la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de la ONU, reiteró que su gobierno presionará para encontrar una solución política.
"Nuestra prioridad es realmente ver cómo hacer bien las cosas (y) con quién tenemos que trabajar para realmente ayudar al pueblo de Siria", explicó.
"No necesariamente tenemos que centrarnos en Al Assad de la forma que lo hizo la Administración anterior (de Barack Obama)", señaló.
"¿Pensamos que es un estorbo? Sí. ¿Vamos a sentarnos y enfocarnos en sacarlo? No", aseguró la embajadora.
Haley avanzó que examinará vías para eliminar la influencia de Irán sobre Al Assad, a quien la República Islámica ha apoyado en la guerra civil contra las fuerzas rebeldes.
Por otro lado, garantizó que Estados Unidos trabajará con otros países que tienen un papel clave en el conflicto, como Turquía, para lograr una solución a largo plazo.
Después de las declaraciones de Tillerson y Haley, la oposición siria indicó que rechazaba cualquier "rol" actual o futuro de Bashar al Assad.
"La oposición no aceptará nunca que Bashar al Assad tenga un rol en algún momento (…), nuestra posición no va a cambiar", declaró a los medios Monzer Makhos, uno de los portavoces del Alto Comité de Negociaciones (HCN), que reúne a los grupos clave de la oposición siria.
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Con información de AFP