La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, informó el miércoles ante el Parlamento británico que el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que dispone la salida de un miembro de la Unión Europa, quedó formalmente activado, "un momento histórico del que no hay vuelta atrás".
Las declaraciones ante la Cámara de los Comunes se hicieron al mismo tiempo que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recibía la carta formal del gobierno británico notificando la decisión, el primer paso formal hacia el Brexit.
"Cuando me siente en la mesa de negociaciones en los próximos meses, voy a representar a todas las personas en el Reino Unido, jóvenes y viejos, ricos y pobres, ciudades, pueblos, villorrios y aldeas", consideró la mandataria.
"Y sí, a los europeos que han hecho de este país su hogar, es mi determinación más fuerte llegar al mejor acuerdo para todos aquí", agregó.
May aseguró que el Reino Unido "está dejando la institución de la Unión Europea, no Europa", y que "ahora más que nunca el mundo necesita de los valores liberales y democráticos de Europa, valores que el Reino Unido comparte".
En tanto la mandataria reconoció que las "empresas británicas tendrán que alinearse con instituciones a las que ya no pertenecen", en referencia a futuros acuerdos comerciales que permitan continuar el intercambio comercial en términos similares a los actuales.
Mientras que en cuestiones migratorias, una de las principales razones que impulsaron el Brexit, May dijo que seguirán necesitando de inmigrantes calificados, aunque prometió "organizar el proceso adecuadamente".
Finalmente, la premier dijo estar buscando una "nueva, especial y profunda relación con la UE", pero que, de ahora en más, las leyes británicas "se harán en Westminster, Edimburgo, Cardiff y Belfast", en referencia a las cuatro naciones del Reino Unido.
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