Moscú acusó este lunes de "provocar la violencia" a los organizadores de una marcha en contra de la corrupción, en la que cientos de personas fueron detenidas, incluido el prominente opositor Alexei Navalny, y aseguró que respeta la libertad de expresión.
"No podemos expresar el mismo respeto por aquellos que intencionalmente manipulan a la gente y provocaron acciones ilegales", se excusó el gobierno ruso tras la represión. La manifestación terminó con más de 500 detenidos, según fuentes policiales, y unas 1.400, de acuerdo con organizaciones de derechos humanos.
Buena parte de los arrestos fueron realizado contra menores de edad. Al respecto, el Kremlin señaló que la respuesta policial fue "altamente profesional y legal", y acusó a los organizadores de la protesta de prometer a los jóvenes "recompensas financieras" por su participación. Al ser consultado sobre las fuentes de tal afirmación, el vocero Dmitri Peskov aseguró que "son hechos".
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El portavoz del Gobierno también indicó que la administración está al tanto de la escala de las protestas del domingo, realizadas a nivel nacional, y "no está inclinada a menospreciarla ni a exceder sus proporciones".
Decenas de miles de personas participaron en la manifestación en la capital rusa, a pesar de que no había sido autorizada. En la segunda ciudad de Rusia, San Petersburgo, unas 10.000 personas salieron a las calles, mientras que en más de 80 ciudades y localidades de todo el país hubo protestas similares.
La jornada de protesta contra la corrupción fue convocada por Navalny bajo el lema "Dimón (diminutivo despectivo de Dmitri) las pagará", en alusión al primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, a quien el líder opositor acusa de ser el hombre más corrupto de Rusia.
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