El ataque aéreo por parte del Ejército israelí contra provisiones militares sirias que presuntamente serían transferidas a Hezbollah y que desprendió un conflicto militar entre ambos países el viernes no es un evento casual.
Según un reportaje publicado por el diario kuwaití Al Jarida esta semana, el vice comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI) declaró el lunes que "Irán estableció fábricas de cohetes de largo alcance y otras armas en Líbano, destinados a la organización Hezbollah" en respuesta a los ataques a las fábricas de armas en Sudán y en las rutas de suministro de Siria a Hezbollah atribuidos a Israel.
Según la fuente, el grupo terrorista está a cargo de la supervisión de la producción de la fábrica, que fueron construidas 50 metros bajo tierra y estarían en funcionamiento desde hace tres meses. Además, agregó que las mismas cuentan con un sistema de seguridad inmune a los aviones de la Fuerza Aérea de Israel y que en ellas se producen misiles de larga distancia con un alcance de más de 500 kilómetros.
También tiene la capacidad de producir misiles tierra-tierra, tierra-mar, antitanques, contra vehículos blindados, barcos de combate blindados, torpedos marinos y aviones para espionaje, algunos de los cual ya fueron probados con éxito en la guerra en Siria "para destruir coches bomba con los que fueron atacados combatientes de Hezbollah".
El alto dirigente del ejército iraní sostuvo que en la fábrica trabajan expertos formados en la Universidad Imam Hossein de Teherán en colaboración con la CGRI, que asesora la producción de cohetes.
A estas alegaciones se sumó el ministro de Defensa iraní, Hossein Dehghan, quien dijo que Hezbollah tiene capacidad para construir misiles que podrían llegar a cualquier zona de Israel.
La ubicación de las fábricas en Líbano y en Siria es estratégica ya que corresponde con las ambiciones de Irán de asegurar un puerto naval con licitación por 50 años como resultado de la guerra.
En su última visita a Moscú, Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, aseguró que tenía información que confirmaba que Irán estaba intentando establecer su propio puerto en la región de Latakia en la costa de Siria.
Se trata de un punto de inflexión en el conflicto israelí con sus vecinos árabes que ahora tendrían una capacidad militar nunca antes vista.
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