Si bien la primer ministro escocesa, Nicola Sturgeon, contemplaba reingresar a la Unión Europea tras una hipotética independencia del Reino Unido, su nueva estrategia consiste en impulsar un nuevo referéndum sin que eso implique regresar al bloque europeo.
Escocia sometió a voto popular la oportunidad de independizarse del Reino Unido en 2014. Pero la población decidió, por una diferencia del 10% (55-45), seguir permaneciendo al Reino. Luego llegó el Brexit y, según Sturgeon, eso creaba circunstancias extraordinarias para volver a llevar a cabo una consulta popular en busca de la independencia.
La campaña independentista de Sturgeon se basaba en justificar un nuevo referéndum en Escocia debido al Brexit, donde el Reino Unido votó abandonar la UE. En esa consulta, la mayoría de los escoceses (62%) se inclinó por permanecer en el bloque.
Tras anunciar esta semana sus intenciones de promover un nuevo referéndum en el Parlamento, la UE advirtió que una hipótetica independencia escocesa no significaría una continuación automática en el bloque europeo, sino que Escocia debería volver a aplicar por su membresía.
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Anders Vistisen, un político danés miembro del Parlamento Europeo, estimó que tardaría entre cuatro a seis años antes de que la UE acepte su membresía. Esa posibilidad estaría atada a que Escocia se comprometa a unirse al euro y a bajar su enorme déficit fiscal, que excede incluso al de Grecia.
"Aunque hay mucha simpatía por Escocia, el problema es que el interés de tener buenas relaciones con Inglaterra excede significativamente el deseo de ayudar a Escocia", manifestó Vistisen.
Ante la advertencia de la UE, Sturgeon decidió dar marcha atrás con su estrategia original luego de que algunas encuestas mostrasen que una mayoría de escoceses están a favor de permanecer en el Reino Unido.
Según el Scottish Daily Mail, un 53% quiere quedarse como parte de la unión.
A su vez, la reconocida encuesta anual que mide las actitudes sociales de Escocia, el Scottish Social Attitudes Survey, sugirió un creciente sentimiento euroescéptico entre los escoceses. A diferencia del resultado del voto por el Brexit, el sondeo indicó que dos tercios de la población prefiere que Gran Bretaña se retire de la UE o que Bruselas reduzca sus poderes.
Con un ojo puesto en las encuestas y tras la negativa de la UE, la primer ministro aún quiere avanzar con el referéndum pero no necesariamente demandará un regreso al bloque europeo.
En su lugar, Sturgeon buscará ser miembro de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), lo cuál permite el acceso al mercado único sin tener que ser país miembro de la UE a cambio de cumplir con requisitos impuestos por Bruselas, que incluyen ciertas contribuciones.
Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein son parte del grupo, otorgándoles acceso al mercado único. La alternativa conforma la nueva estrategia de la primer ministra escocesa para conseguir la independencia de su país del Reino Unido.
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