Desde que asumió su cargo en el gabinete de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), la economista Ohood bint Khalfan Roumi recibe consultas sobre la vida matrimonial y el bienestar del consumidor, entre otros temas. Y desde el Ministerio de la Felicidad, cargo que se creó hace un año por impulso del sheik Mohammed bin Rashid al Maktoum, vicepresidente del país y jefe de gobierno de Dubai, las responde a conciencia. "Es un tema serio para el gobierno", dijo a The Los Angeles Times.
"Algunas personas se pueden reír de [la idea de promover] la felicidad, porque creen que es algo tonto y ligero", dijo. "Le aseguro: es una ciencia. Alude a la medicina, la salud, las ciencias sociales. Intentamos traerla del marco amplio a la práctica diaria en nuestra sociedad y nuestro gobierno".
La ministra de Felicidad tiene como fin promover una actitud positiva en el gobierno y en la vida. "¿Cuál es el propósito del gobierno si no trabajar por la felicidad de la gente? El deber y el papel del gobierno consisten en crear las condiciones adecuadas para que la gente elija ser feliz", dijo a la corresponsal Ann Simmons en una entrevista realizada en Dubai, uno de los siete emiratos que componen los EAU.
Entre esas condiciones se hallan un ambiente donde la gente se sienta con poder, cuente con infraestructura, oportunidades de educación, empleo, salud y seguridad. "No tenemos la intención de imponer la felicidad", aclaró Roumi.
Según la autora del artículo, la felicidad parece una tendencia en la política moderna. Si bien el concepto no es nuevo —el reino de Bután mide su Índice Nacional de Felicidad desde la década de 1970; la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos incluye "la búsqueda de la felicidad" desde hace casi 250 años— la idea de una responsabilidad oficial es más reciente. "Tailandia y el Reino Unido han realizado encuestas para medir el bienestar, mientras otros gobiernos han encargado informes para analizar los beneficios de la felicidad en el desarrollo general del país", escribió Simmons. "En 2013, Venezuela creó un Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo y Ecuador creó una Secretaría de Estado del Buen Vivir".
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha solicitado a sus estados miembros que pongan más énfasis en la felicidad como herramienta y medida del desarrollo social y económico. En su Informe Mundial de Felicidad, la ONU ha clasificado a 157 países desde el más feliz (Dinamarca) al menos feliz (Burundi). Los EAU ocupan el lugar 28 en la lista.
Entre las actividades que realizó, el diario de California destacó una encuesta para evaluar cómo se sienten los empleados en su ámbito laboral; un medidor de felicidad en línea para las oficinas públicas, en el cual las personas pueden registrar su satisfacción o insatisfacción con emojis; un estudio nacional de felicidad cuyos resultados todavía se procesan; una campaña en el ámbito educativo, “100 días de pensamiento positivo”, en la cual profesores y estudiantes se comprometieron a practicar la conducta positiva.
“En octubre [de 2016] Roumi presentó una Patrulla de la Felicidad en Abu Dhabi”, señaló Simmons como el ejemplo más llamativo. “En lugar de emitir multas, la policía premia con cupones de regalos y crédito para los teléfonos celulares a los automovilistas que respeten la ley”.
La tarea más destacada del Ministerio ha sido la organización de un Diálogo Global sobre Felicidad en la Cumbre Mundial de Gobierno que se realizó en febrero de 2017 en Dubai. Las discusiones condujeron a una conclusión, dijo Roumi: “La felicidad no es un lujo para la gente. La felicidad es un objetivo humano fundamental”.
Luego de completar su maestría en Administración Pública, la ministra se preparó para su cargo en Dinamarca y Bután. También sus funcionarios estudiaron en el extranjero: los oficiales superiores de Felicidad y Actitud Positiva se formaron en la Universidad de Berkeley, Estados Unidos, y en Centro de Bienestar del Reino Unido.
No obstante esos esfuerzos de educación, los EAU han sido criticados por la creación de esta área de gobierno novedosa, en la que muchos ven hipocresía. "Human Rights Watch, Amnistía Internacional y el Departamento de Estado de los Estados Unidos han documentado problemas de derechos humanos en los EAU, incluidas limitaciones a las libertades civiles como la libertad de expresión y de reunión (no se pueden formar partidos políticos), detenciones sin presentación de cargos y la explotación de trabajadores migrantes".
Otra cuestión de derechos civiles es la discriminación de las mujeres, desfavorecidas por la ley en asuntos de matrimonio, divorcio, herencia y custodia de los hijos, según Amnistía Internacional. También tienen escasa protección contra la violencia sexual y doméstica.
"Creo que es un camino", dijo Roumi. "Estamos construyendo una cultura. Estamos definiendo algo muy novedoso para el gobierno. Va a llevar tiempo".
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