Mucho más confiables en sí. Sin miedo a los humanos, a quienes ocasionalmente los atacan. Reproduciéndose sin control. Paseando por las calles como si fueran su nuevo hogar. Viviendo en propiedades abandonadas. Comiendo todo lo que encuentren en cada esquina o parque. Pero ya no son ese manjar que solían representar en el norte de Japón. Nadie se atrevería a comerlos. Y una cacería se ha iniciado.
Así son seis años después del desastre los jabalíes de Fukushima, pero con un ingrediente mortal: poseen niveles de radiactividad de cesio de -137, lo que repersenta 300 veces más de los estándares considerados seguros para la vida de las personas.
La carne de jabalí solía ser uno de los mayores manjares para los residentes del norte de Japón. Pero desde hace un tiempo, es una amenaza. Es por eso que cazadores han comenzado una matanza generalizada de estos animales que pueden verse medorear las calles de la que fuera una ciudad modelo para el desarrollo del país asiático.
Todo esto sucede mientras miles de residentes pretenden regresar a sus hogares y comenzar nuevamente sus vidas en sus residencias de toda la vida. Sin embargo, varios reportes advierten que los jabalíes "han tomado" algunas casas donde se sienten a gusto, que le han perdido miedo a los humanos y que ahora suelen atacarlos.
Debido al nivel de radiactividad que tienen, sería extremadamente peligroso para un residente encontrarse que uno de estos animales está descansando en la sala principal de una de las viviendas y que se sienta amenazado. La mitad de los antiguos residentes no quieren saber nada con regresar. Es que tomará al menos 40 años poder desmantelar la planta nuclear y estar libre de radiactividad, según consignó The New York Times.
Si bien todavía no es una ciudad totalmente abandonada, algunos temen que Fukushima pueda convertirse en una nueva Chernobyl, donde los animales se han hecho dueños del lúgubre lugar. Allí puede verse cómo pasean entre las fantasmagóricas calles. Ciervos, osos, linces y hasta lobos conforman ya la fisonomía de ese enclave ucraniano.
Mientras tanto, la matanza de jabalíes continúa en el norte japonés. Las autoridades están ideando un plan en el cual la muerte de estos animales sea más efectiva. Para eso quieren que se coloquen gran cantidad de trampas, francotiradores y hasta drones que puedan terminar con esta plaga. En los últimos tres años y por orden del gobierno local, grupos de cazadores han podido matar al menos a 13 mil jabalíes contaminados. Al parecer, no es suficiente.
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