El sorprendente hallazgo de una familia: un pedazo de historia nazi enterrado en su granja

Los Kristiansen convivieron durante 70 años con una leyenda contada por un viejo miembro de la familia. Ahora la corroboraron

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Daniel Kristiansen, de 14 años,
Daniel Kristiansen, de 14 años, creyó en la historia de su abuelo y comenzó con la búsqueda. A su espalda, restos del caza nazi y el motor Daimler-Benz (AFP)

Cada vez que su bisabuelo relataba la historia, eran pocos en la familia que le creían. Le gustaba jugar con sus interlocutores y sobre todo sembrar la duda en ellos. Narraba que una tarde, mientras cocinaba galletas un bombardero alemán se estrelló contra el sueño pantanoso de la granja. ¿Sería cierto el hecho situado por el hombre en noviembre de 1944? El lugar, elevado en Birkelse, al norte de Dinamarca, pertenece a los Kristiansen desde hace décadas.

En aquel entonces, según el cuento, el hombre había explicado que las fuerzas de ocupación nazis en el país se habían llevado los restos de la nave. Este detalle hacía dudar más a quienes escuchaban atentos con los ojos bien abiertos la historia. No había pruebas de semejante relato.

Restos de la ropa del
Restos de la ropa del piloto alemán que permaneció enterrado en la propiedad de los Kristiansen durante más de 70 años
El motor Daimler-Benz que propulsaba
El motor Daimler-Benz que propulsaba al Messerschmitt Bf 109, una de las naves más modernas de la época y clave para la Luftwaffe nazi

Eran pocos entre los nietos y bisnietos quienes daban crédito de ese cuento. Pero Daniel Kristiansen, de 14 años, decidió emprender la aventura. Quizás, a pesar de lo que decía su ancestro, podría quedar algún resto del caza. Para ello debería contar con la ayuda de alguien más. Fue así que convenció a su padre, Klaus, de intentar concluir con la duda familiar que había generado "el abuelo". El desafío coincidió con un requerimiento escolar sobre la Segunda Guerra Mundial. Es por eso que la idea encajaba incluso para sus estudios. Encontrar un caza alemán en su propiedad no era cosa de todos los días.

Fue así como Daniel y su padre Klaus consiguieron un detector de metales y comenzaron a recorrer cada centímetro de la granja. A cada paso, el adolescente se esperanzaba con hallar algún indicio de la narración de su bisabuelo. Hasta que finalmente, el aparato emitió la señal sonora: algo había allí, en ese espacio, bajo tierra. Con palas, intentaron saber qué había allí. Pero no pudieron encontrar nada. Mientras, el detector continuaba disparando el alerta: había metales. Padre e hijo necesitarían una retroescavadora.

En total Daniel y Klaus
En total Daniel y Klaus Kristiansen hallaron 4 mil restos del Messerschmitt Bf 109
El sitio de la granja
El sitio de la granja donde hallaron el avión de combate alemán en Birkelse, norte de Dinamarca

Con la ayuda de la maquinaria, tres metros bajo tierra, hallaron el tesoro histórico. Aquel del que tantas veces había hablado el bisabuelo y que tan pocas veces habían creído. Pero no sólo había hierros retorcidos. También encontraron restos humanos. "Al principio encontrábamos fragmentos de metal, pero súbitamente nos vimos frente a huesos y pedazos de ropa. Era como abrir un libro de ayer", dijo Klaus en diálogo con la CNN.

Pero allí, a varios cientos de metros de la vivienda, lo que había sepultado era un Messerschmitt Bf 109, un caza alemán ultramoderno que se comenzó a fabricar en 1935 y que era una de las armas más letales de la Luftwaffe, la Fuerza Aérea Nazi. Había alrededor de 4 mil piezas desparramadas por la tierra que deberían ser recogidas y seleccionadas. Incluso podía verse el motor Daimler-Benz que lo propulsaba. Daniel tenía ya algo que presentar en su colegio, pero además algo histórico para aportar al museo de la ciudad.

El temible Messerschmitt Bf 109
El temible Messerschmitt Bf 109 alemán, clave para las fuerzas genocidas nazis y uno de los más modernos y letales de la época

Pero además de la aeronave enterrada, también yacía en el lugar un piloto alemán. La granja de los Kristiansen fue su tumba durante 70 años. Además de su identificación -intacta, lo que permitirá determinar su nombre-, en uno de los bolsillos de la ropa que aún permanecía allí había un pequeño libro. El "dúo investigador" no pudo determinar si se trataba de una Biblia o una versión comprimida del nefasto Mi Lucha. "No lo tocamos, lo pusimos en unas bolsas. Un museo está ahora investigándolo. Creo que puede ver mucha información en esos papeles", agregó Klaus.

Entre sus pertenencias también hallaron un par de monedas, tres condones aún envueltos, tickets de raciones para poder comer en una cantina cercana a la Base Aérea Aalborg y poco más.

Todo lo hallado permanecerá en el Museo Histórico del Norte de Jutland, a donde lo donaron. Sólo esperan conocer la identidad del piloto que permaneció enterrado en su granja durante poco más de 70 años. También quieren otras dos cosas: que el profesor califique a Daniel con una A. Y que la memoria del bisabuelo sea reivindicada. A pesar de todo, era verdad que mientras cocinaba galletas, un avión se estrelló frente a él.

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