Cuando nueve años atrás el arquitecto de origen mexicano Fernando Donis ganó un concurso internacional para diseñar un edificio de vanguardia entre más de 900 colegas, festejó. Nunca imaginó en ese momento de celebración que sería excluido del proyecto sin más. Menos que eso ocurriría en la nueva meca arquitectónica mundial: Dubai. Sin embargo, así sucedió.
Se trata del próximo a inaugurarse The Dubai Frame (El Marco de Dubai), un tótem maravilloso de dos torres unidos en su extremo superior por un corredor monumental vidriado que permite una imagen única de la ciudad de los rascaciellos.
Pero al parecer, las autoridades de la ciudad se quedaron con la idea y el proyecto de Donis, pero despreciaron su participación en las obras. Al menos esa es la denuncia que el profesional presentó ante una corte de los Estados Unidos reclamando por el "robo" de su propiedad intelectual.
"The Frame es mío, y ellos no quieren reconocer que es mío. La infracción no sólo me convierte en víctima a mí. Se quedaron con algo de todos los arquitectos, la protección de nuestras ideas", indicó Donis. El renombrado arquitecto quedó preso de un sistema arcaico en una ciudad comandada por la familia Al-Maktoum desde hace décadas, donde los extranjeros son a menudo dejados de lado pese a sus contribuciones.
Pero no es la primera vez que inversores y profesionales extranjeros sienten que sufren la estafa por parte de los círculos más próximos a la familia que comanda Dubai. En 2009 inversores occidentales aseguran haber sido engañados por Al Fajer Properties, propiedad de un jeque de los Al-Maktoum. En 2015, en tanto, inversores de Palm Jebel Ali vieron cómo su capital se desvanecía por maniobras del Gobierno que nunca atendió sus reclamos.
The Frame sería el lanzamiento internacional de Donis, quien durante ocho años trabajó con la estrella del sector Rem Koolhaas. Y en 2008 creyó tener la oportunidad para demostrar su capacidad. Fue así que se inscribió al concurso del que participaron 900 arquitectos de avanzada.
Luego de coronarse "campeón", Donis creyó que el proyecto sería suyo. Sin embargo, los organizadores le dieron una mala noticia. Sólo sería tenido en cuenta como consejero. Estaba afuera. "Ahí nos dimos cuenta de las desviaciones de las reglas. Es como si no hubiera un contrato", dice el arquitecto al The New York Times.
Donis siente tanto su trabajo que en su sitio tiene la imagen de The Frame como una imponente imagen de apertura. También, los planos y renders que realizó para el concurso. Lo considera propio y así quiere que el mundo lo vea. Concluye, respecto al edificio que ya está casi terminado: "Luce fantástico. Pero lo robaron".