La reciente venta de los activos de General Motors (GM) en Europa al grupo francés PSA generó una ola de preocupaciones en el Reino Unido por el futuro de de las dos plantas que GM operaba en el país bajo la marca Vauxhall.
La primera ministro Theresa May expresó el lunes que, tras hablar con Mary Barra, CEO de General Motors, y Carlos Tavares, directivo de PSA, ambos le aseguraron que "se reconocerían y respetarían todos los acuerdos con respecto a la fuerza laboral".
May también aseguró tener confianza en que la venta tiene el potencial de "fortalecer a la marca Vauxhall y permitir su crecimiento".
El comunicado de la máxima autoridad británica salió al cruce de una serie de temores y advertencias sobre el futuro de la compañía en manos europeas, ya que el Brexit traerá complicaciones para el movimiento libre de autopartes y la fabriación de autos fuera del mercado común.
El líder del sindicato británico Unite, Len McCluskey, dijo que su atención estará en "persuadir" a la nueva administración de que tiene sentido seguir fabricando autos en el Reino Unido.
Pero advirtió también por la "incertidumbre causada por el Brexit y el daño que ya está causando al sector automotriz"
Vauxhall, la filial británica de General Motors, emplea a 4.500 personas en sus plantas de Ellesmere Port y Luton, donde se fabrican los modelos Astra y Vivaro.
Por su parte el ex secretario de Negocios del Reino Unido, Vince Cable, dijo a la BBC que "será muy difícil asegurar los puestos de trabajo en Vauxhall en el mediano término".
"Hay un importante signo de interrogación" sobre las plantas de la compañía debido al futuro del de mercado común europeo y la unión aduanera.
"Las autopartes van y vienen a través de las fronteras y van a necesitar nuevas tarifas y controles", agregó.
Además, la otra marca de General Motors, la alemana Opel, posee plantas en Alemania, Polonia, Austria y España que los europeos podrían priorizar en el futuro.
La estadounidense General Motors fue dueña de Opel y Vauxhall durante más de 90 años, pero decidió desprenderse de sus operaciones en Europa tras acumular pérdidas por un valor de 9.000 millones de dólares desde el 2009 y no lograr su objetivo de lograr un equilibrio en 2016, según reportó la agencia Bloomberg.
(Con información de AP)
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