Las medidas provocaron airadas protestas al sur del país incluso entre sectores que apoyan a Hezbollah como una organización de resistencia, pero que no necesariamente acuerdan con su política religiosa. Las críticas a las medidas también fueron expresadas por diarios afines a la organización terrorista, como el diario Al-Akhbar, un medio abiertamente favorable a la organización chiita.
La prensa libanesa informó que la municipalidad de la ciudad de Jebchit, en la gobernación de Nabatiyeh, prohibió a las mujeres asistir a cibercafés y locales de entretenimiento, y ordenó cerrar esos lugares durante las horas de rezos en consideración con la sharia y los aspectos morales islámicos".
"Los propietarios de establecimientos protestan enérgicamente contra la municipalidad de Jebchit alegando que no está facultada para emitir esa orden". Según un informe del diario Al-Akhbar (pro-Hezbollah) "los residentes de la ciudad no son todos religiosos por igual y se oponen a la medida por considerarla islamizante". Varios residentes entrevistados por el diario incluso compararon la orden con las medidas que toma el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en ingles) en Siria e Irak o por el régimen iraní.
También se informó en el mismo diario, que el alcalde de Khiam, otro pueblo al sur del Líbano, canceló la participación de mujeres en un maratón celebrado en la zona. El periodista Ibrahim Haidar, columnista del diario An-Nahar, abordó el tema señalando que "la municipalidad Khiam está controlada por Hezbollah pero la ciudad tiene una importante minoría cristiana".
Según Al-Akhbar, en la ciudad de Aitaroun, "Hezbollah prohibió a hombres y mujeres bañarse juntos en la piscina local, provocando oposición de algunos residentes, la mayoría de los cuales se oponen a la coerción religiosa por parte de las autoridades como principio base".
En enero pasado, el diario Al-Akhbar informó que miembros del consejo de la ciudad de Kafr Rumman, todos ellos partidarios de los movimientos chiitas de Amal (Esperanza) y Hezbollah (Partido de Dios), exigieron cerrar los comercios donde se venden bebidas alcohólicas en la ciudad y amenazaron de muerte a los propietarios. En apoyo a esto, el jefe de la gobernación autorizó a la municipalidad para "tomar medidas de clausura contra los dueños de esos negocios". El gobierno central no intervino y solo los miembros del consejo del partido comunista expresaron su oposición y protesta contra la medida que infringe la constitución y la ley libanesa.
Por otra parte, el portal web Janoubia, conocido por su oposición a Hezbollah, informó que en el marco de la organización de un acto en honor del dictador cubano Fidel Castro se retiraron del programa dos interludios de música de laúd por insistencia de los diputados de Hezbollah, quienes fueron invitados al evento, entre ellos, Muhammad Ra'ad quien encabezó la delegación. La decisión enfureció a otras personalidades del Partido Comunista, quienes se marcharon del evento en protesta.
La prensa libanesa, tanto la contraria como la favorable a Hezbollah, critica duramente las medidas de coerción religiosa empleadas por la organización chiita pro-iraní en el país. El periodista Elie Fawwaz, del portal Líbano NOW (conocido por su oposición a la organización terrorista), escribió: "Líbano no tiene una ley que prohíba que los sexos se mezclen en las carreras de maratón ni en ningún otro lugar. Hombres y mujeres participan en carreras juntos en el maratón anual de Beirut. En consecuencia, sobre qué base toman esta decisión abiertamente violatoria de la ley las municipalidades".
Fawwaz sostiene que "el Líbano es una república parlamentaria y democrática basada en el respeto de las libertades públicas, la libertad de opinión y de creencias y la igualdad de derechos y deberes entre todos sus ciudadanos sin distinción alguna". Para el periodista: "Estos incidentes de coerción religiosa por parte de Hezbollah, no son un problema menor; claramente son un intento por islamizar al estilo chiita iraní la forma de vida libanesa a través de la aplicación de la sharia".
"Lo vergonzoso es que el estado no hace nada para corregir el asunto, ni para defender la constitución que es la base del poder del estado para hacer cumplir la igualdad entre los ciudadanos, y parece aceptar la existencia de una ley paralela, así como aceptó la existencia del arsenal paralelo del Hezbollah al igual que una economía paralela y la existencia de más de un cuerpo gobernante en el Líbano. Esta desintegración de las instituciones estatales, sin duda conducirá también a la desintegración social y a otra crisis, además de las crisis que ya castigan al Líbano", concluyó Elie Fawwaz.
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