El hecho de que Israel comparta frontera con Siria, Líbano y Cisjordania, entre otros, hace que quede expuesto a la amenaza terrorista que proviene de esos territorios. Hamas en la Franja de Gaza, Hezbollah en Líbano y los múltiples actores que participan de la guerra siria empujan a las Fuerzas israelíes a intensificar sus operativos de seguridad en cada una de las zonas fronterizas.
Activa desde hace casi seis años, la guerra en Siria cuenta con la participación de varios actores, que van desde las fuerzas de Bashar al Assad y los rebeldes, hasta Hezbollah (en cooperación con Irán) y el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Ambos países comparten casi 76 kilómetros de frontera, espacio que día a día es atentamente vigilado y controlado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
"Observamos toda la frontera con Siria. Detectamos si hay alguna amenaza para los soldados israelíes, y si la hay, lo advertimos inmediatamente", explicó la teniente Adi Corali, quien tiene a su cargo a decenas de militares en la zona fronteriza.
Detalló que para llevar a cabo las observaciones cuentan con "sensores que detectan si hay movimientos sospechosos". "También contamos con cámaras para monitorear todo lo que ocurre del otro lado", agregó.
Yuval Fefer, capitán de las FDI, indicó que todo ese sistema "está conectado a un centro de operaciones". "Si allí vemos algo sospechoso, lo notificamos a las Fuerzas".
Las soldados israelíes reconocieron que, pese a la presencia de Hezbollah del lado sirio de la frontera, la zona se encuentra "segura". Pero advirtieron: "Estamos preparados para cualquier incidente posible".
Fefer sostuvo que hasta el momento no ha habido ningún intento de penetrar la zona fronteriza por ningún "elemento" de la guerra siria, pero recordó el más reciente incidente que se produjo en el mes de noviembre, cuando terroristas de ISIS abrieron fuego con soldados de las FDI en los Altos del Golán, sin dejar heridos ni víctimas fatales.
"Protegemos la frontera para hacer sentir seguros a nuestros soldados en el campo", concluyó Corali.
Pero Israel tiene otras zonas donde no puede descuidarse. Una de ellas es en la frontera con Líbano, donde los separa unos 79 kilómetros. Allí, en suelo libanés, Hezbollah tiene desplegados cientos de miles de cohetes con dirección a Israel.
Después de la guerra entre ambos en 2006, "los últimos diez años fueron los más tranquilos" en la zona fronteriza, apuntó el capitán Israel Silinberg, quien se desempeña en esa región.
El militar aseguró que, de la misma forma que ocurre en la frontera con Siria, el Ejército tiene desplegado un complejo sistema para "ver lo que ocurre del otro lado". Las cámaras y sensores están conectados a salas de control, donde los oficiales vigilan durante todo el día cada movimiento.
"Conocemos todos los coches, casas y personas en la frontera. Sabemos quién es de Hezbollah y quién es del Ejército libanés", advierte el Ejército en su portal oficial.
Silinberg consideró que la frontera con Líbano es una zona tranquila, pero aclaró que eso no significa que las diferentes unidades israelíes que operan en el lugar puedan relajarse. Menos aún con el poder que viene adquiriendo Hezbollah por su activa participación en la guerra siria.
"Sabemos que Hezbollah se está fortaleciendo en Siria. Estamos en alerta, preparados para cualquier cosa que pueda pasar", manifestó.
El capitán israelí comentó que, además de llevar a cabo exhaustivos ejercicios de observación, también se realizan intensos entrenamientos de combate.
Mientras las amenazas terroristas asedian desde diferentes posiciones, Israel no detiene su constante progreso y desarrollo militar para evitar las hostilidades desde países vecinos.
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