La justicia egipcia absolvió el jueves de forma definitiva al ex presidente Hosni Mubarak en el caso de la muerte de manifestantes en las masivas protestas de 2011, en el marco de la llamada Primavera Árabe, que acabaron con su gobierno después de tres décadas en el poder.
El primer juicio contra Mubarak, que captó todas las miradas y fue calificado del "juicio del siglo", terminó en 2012 con una condena de cadena perpetua por el asesinato de más de 800 manifestantes durante los 18 días que duró la revuelta.
Sin embargo, unos meses después, un tribunal de apelación declaró nulo el fallo y ordenó repetir el proceso. En esta réplica, tanto el veterano general como varios de sus ayudantes también encausados, entre ellos su último ministro del Interior, Habib el Adly, fueron absueltos.
La misma suerte han corrido la mayoría de las personalidades vinculadas al antiguo régimen juzgadas recientemente, lo que es interpretado por la oposición como una prueba más de que la asonada ejecutada por Abdelfatá al Sisi en verano 2013 fue efectivamente una contrarrevolución. Al Sisi era entonces ministro de Defensa, y se proclamó presidente un año después en unas elecciones desequilibradas.
El del jueves era el último proceso al ex mandatario, que ha sido juzgado en varias ocasiones desde su dimisión en febrero de 2011.
Mubarak estaba acusado de incitar el asesinato de manifestantes durante los 18 días de revuelta, en los que 850 murieron en enfrentamientos con la policía, acusación que el niega.
En enero de 2016, la corte de apelación confirmó una pena de tres años de prisión para el ex dirigente y dos de sus hijos por cargos de corrupción, pero la pena pronunciada tenía en cuenta el tiempo ya pasado en prisión y tanto Alaa como Gamal Mubarak fueron puestos en libertad.
Por el momento, Mubarak permanece bajo arresto en un hospital militar de El Cairo debido a su delicado estado de salud.
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Con información de AFP