La Cámara de los Lores británica aprobó, este miércoles, una enmienda al proyecto de ley del gobierno de Theresa May para iniciar el Brexit que reclama proteger los derechos de los europeos residentes en el país.
El proyecto de ley pasó por la Cámara de los Comunes sin enmiendas y con un voto abrumadoramente favorable, pero los apoyos de los conservadores de May no contaron con la mayoría en la de los Lores.
En efecto, la oposición hizo valer la inferioridad conservadora para aprobar la enmienda laborista, lo que obligará al texto a volver a la Cámara baja, retrasando así unos días la activación del Artículo 50 del Tratado Europeo de Lisboa, el mecanismo para iniciar la salida de la Unión Europea.
Sin embargo, a menos que ocurra una sorpresa, la enmienda será rechazada en la Cámara baja y el texto será aprobado como fue presentado por el gobierno británico.
La primera oportunidad que tenía May de notificar la salida a sus socios europeos dentro del límite de marzo que se había impuesto era la cumbre europea de Bruselas, del 9 y el 10 de ese mes, que aparece ahora como demasiado temprana.
May quería supeditar la suerte de los europeos al trato que se dispense a los británicos que viven en Europa, todo ello en el marco de las negociaciones de divorcio con la UE, que pueden durar hasta dos años.
“Lamentamos la decisión de los Lores de enmendar un proyecto de ley que superó sin enmiendas la Cámara de los Comunes”
"Lamentamos la decisión de los Lores de enmendar un proyecto de ley que superó sin enmiendas la Cámara de los Comunes", dijo un vocero del ministerio a cargo del Brexit.
Sin embargo, "esta gente tiene que saber ahora, no en dos años o en 12 meses", si podrá seguir viviendo y trabajando en el Reino Unido, dijo la laborista Dianne Hayter en el debate.
"Hay que acabar con su incertidumbre", añadió, antes de dirigir un mensaje al gobierno: "Ustedes no pueden negociar con el futuro de la gente, son demasiado valiosos para ser considerados monedas de cambio".
La Cámara de los Lores está integrada por miembros no electos, designados por los partidos, por nobles y altos jerarcas de la Iglesia de Inglaterra, y su desafío arreciará probablemente los llamamientos a reformarla o suprimirla. El diputado conservador Dominic Raab les había recomendado que fueran "inteligentes" y tuvieran "en cuenta (…) su futuro".
Un asunto espinoso
La suerte de los 3 millones de europeos que viven en el Reino Unido se está volviendo uno de los asuntos más espinosos del Brexit. Aunque son importantes en sectores como la sanidad, la restauración o la agricultura, el gobierno parece decidido a satisfacer a quienes reclaman la reducción de la inmigración.
"Llevo 17 años aquí, conseguí mi sueño, he trabajado muy duro", explicó a la AFP uno de esos europeos, Joan Pons, un enfermero español que trabaja en un hospital del condado de Norfolk, en el este de Inglaterra, y quiere seguir viviendo allí.
"Nunca en esos 17 años había reparado en que no era británico, y ahora me han hecho cobrar conciencia", lamentó Pons, de 41 años, que tiene tres hijos nacidos en el Reino Unido.
Este enfermero es uno de los miembros más activos del movimiento The 3 million (Los 3 millones), que tiene el lema "No somos monedas de cambio" y reclama mantener su derecho a residencia y trabajo.
En el otro extremo, 900.000 británicos residen permanentemente en la UE, más de un tercio de ellos en España, en su mayoría jubilados afincados en el sur.
En una tentativa de último minuto para frenar la revuelta de los Lores, la ministra de Interior, Amber Rudd, les dirigió una carta expresando el compromiso de tratar a los ciudadanos europeos "con el máximo respeto".
Al mismo tiempo, Rudd reiteró la posición de May de que hay que vincular el trato a los europeos en el Reino Unido con el que recibirán los británicos afincados en la Unión Europea, la mayoría en España.
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Con información de AFP