El vestido de Dior elegido por Charlize Theron para la gala de los Oscar fue censurado por una agencia de noticias iraní con un burdo manchón negro sobre la imagen televisada.
La actriz sudafricana era la encargada de presentar a los candidatos en la categoría de mejor película extranjera, donde la iraní El Viajante resultó finalmente ganadora.
Conscientes de que en la República Islámica dicho episodio suscitaría mucha expectativa, la agencia ILNA pixeló el escote de Theron y el de Anousheh Ansari, la empresaria irano-estadounidense que recibió la estatuilla en nombre del director Asghar Farhadi, quien además había boicoteado la ceremonia en protesta por el veto migratorio de Trump a los iraníes.
“Es otro típico ejemplo del miedo de la República Islámica a los brazos desnudos de las mujeres iraníes”
"Es otro típico ejemplo del miedo de la República Islámica a los brazos desnudos de las mujeres iraníes", afirmó desde el exilio la feminista iraní Masih Alinejad, quien denunció la manipulación en la página de Facebook de su campaña contra la obligatoriedad del velo.
Su post se iniciaba con un sarcástico: "El Oscar a la mejor censura es para el equipo de Photoshop de la República Islámica".
Los técnicos utilizaron un programa antiguo para cubrir los brazos, el cuello y el escote de Theron con una mancha negra. El improvisado jersey virtual era, sin embargo, incapaz de seguir los movimientos de la actriz sudafricana, que cada vez que daba un paso dejaba sus encantos al descubierto.
A la vista de su fracaso, terminaron por pixelar un rectángulo de la imagen lo suficientemente amplio para evitar sorpresas, pero que apenas permitía ver la cabeza de la artista. Cuando Ansari subió al escenario a recoger el premio, el rectángulo se convirtió en un polígono romboidal que bailaba intentando tapar su cuello.
Según el diario El País, no sólo las actrices son objetos de tan ridícula obsesión. Cuando en 2011 lady Catherine Ashton, entonces jefa de la diplomacia europea, se reunió por primera vez con el negociador iraní Said Yalilí en Estambul, los medios iraníes ocultaron con Photoshop el espacio entre el borde de la camiseta y su cuello. De hecho, las políticas y empresarias que visitan la República Islámica están obligadas, como el resto de las mujeres, iraníes o no, a cubrirse la cabeza durante su estancia en el país.
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