Una pareja británica que durmía en su campo a 240 kilómetros al este de Pretoria, Sudáfrica, fue sorprendida en la madrugada por tres ladrones. La mujer, Sue Howarth, de 64 años de edad, fue atada, brutalmente golpeada y quemada, hasta que le dispararon dos veces en la cabeza. Su esposo, Robert Lynn, de 66 años, fue quemado y apuñalado reiteradamente hasta que le dieron un tiro en el cuello.
Sobrevivió de milagro. Consiguió llamar a la ambulancia y trasladarse junto a su esposa al hospital, pero Sue murió a las 48 horas. Los doctores están tratando a Robert por puñaladas en el estómago, las manos y el cuello, donde todavía permanece alojada la bala.
Robert fue dado el alta del hospital y regresó a la finca. En una entrevista con el diario local Middleburg Observer, dijo que ahora tiene que "enfrentar los demonios".
"Tengo que aceptar que perdí a mi mejor amiga. Me desperté porque estaban ladrando los perros… Cuando me paré, escuché que se rompía un vidrio. Supongo que ahí fue cuando comenzaron a dispararnos y fallaron. Estaban usando pasamontañas y nos atacaron", dijo.
Aunque ellos les insistieron, el trío rehusó creer que no poseían una caja de seguridad dentro de la casa.
"Me preguntaban dónde estaba el dinero. Yo les dije que no guardábamos dinero, pero no me creían. Estaban pidiendo cosas que simplemente no teníamos", dijo Robert.
Les entregó unos veinte dólares y sus tarjetas de banco y les dijo a los ladrones que podrían retirar alrededor de 80 dólares por día con ellas, pero fue arrastrado al living y lo cubrieron con una sábana. Fue entonces que comenzaron a quemarlo con un soplete en el pecho y las piernas mientras demandaban más dinero.
Finalmente, los ladrones ataron una bolsa negra alrededor de sus cuellos y los arrojaron en el baúl de su pickup.
"Supongo que querían sofocarme, pero logré morder un agujero a través de la bolsa por donde pude respirar", cuenta el sobreviviente. Por su parte, Sue se tragó la bolsa, que no fue retirada de su garganta hasta que fueron encontrados abandonados en la ruta.
"Me sacaron de la pickup a los pelos y me llevaron a un descampado. Eso es lo último que recuerdo. En ese punto pensé que estaba muerto hasta que vi las estrellas", continúa.
"Del otro lado [de la ruta] vi a Susan, tirada en una zanja. Sus manos atadas detrás de la espalda. Le estaba sangrando la cabeza. No sabía qué hacer… así que decidí buscar ayuda. Me paré al lado de la ruta. Cinco camionetas y dos autos pasaron y me tocaron la bocina pero no pararon".
Lo salvó una pickup que paró cuando comenzaba a amanecer. Susan estaba en coma y su esposo en estado de shock y gravemente herido.
Según el brigadier Leonard Hlathis, un vocero de la Policía provincial, la pareja "estaba durmiendo el domingo cuando fueron atacados por tres hombres". "Fue un ataque violento y horroroso y estamos buscando a los responsables", aseguró.
Encontraron la Nissan azul de los ladrones abandonada en Middleburg, pero aún no han dado con los atacantes. Un grupo de vecinos y amigos de la pareja juntaron dinero para ofrecer una recompensa a quien los capture.
Desde el principio de febrero, 30 fincas fueron atacadas y 15 personas han perdido la vida en ataques rurales en el país.
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