Acabar con el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) fue una de las promesas de campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que si ganaba las elecciones, el ISIS desaparecería "rápido, muy, muy rápido".
Pero ahora su secretario de Defensa, James Mattis, dijo el lunes en Bagdad que la guerra contra los extremistas tardará un poco más de lo previsto.
"Nosotros sabemos que la guerra será larga con este enemigo", dijo en una conferencia de prensa en la que también aseguró que las fuerzas estadounidenses que entrenan y asesoran a los iraquíes se quedarán por el momento para ayudar en la lucha, incluso después de la retoma de Mosul.
Precisamente la visita de Mattis se da un día después del lanzamiento de la ofensiva sobre el oeste de esa ciudad, bastión del ISIS en Irak, por parte de las tropas de Bagdad.
"El Ejército iraquí tiene hoy grandes habilidades militares y el pueblo iraquí ha empezado a entender la importancia de hacer frente al ISIS", agregó Mattis, quien también consideró que los líderes políticos iraquíes habían aceptado la importancia de la coalición internacional que asiste a los iraquíes.
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