El jueves estallaron nuevos choques entre manifestantes y policías en un suburbio de París, días después de que se conociera el caso de un joven negro que fue violado por policías.
Los alzados —en su mayoría jóvenes— lanzaron piedras y barras de hierro en el principal centro comercial de Bobigny, al este de París. La policía trató de dispersarlos con gas lacrimógeno.
Violent protests spread to tourist hotspots of #Paris #Riots began in the immigrant suburbs earlier this month spread to other cities. pic.twitter.com/zBCB2dsUew
— William Foughty (@FoughtyWilliam) February 16, 2017
Los manifestantes exigían justicia luego que un joven de 22 años denunciara haber sido sodomizado con un palo por policías al ser arrestado el 2 de febrero en el suburbio de Aulnay-sous-Bois.
La prensa local reportó que el joven, conocido como "Theo", fue dado de alta del hospital el jueves.
Las versiones de agresión sexual desataron violentas protestas en varios vecindarios donde viven minorías.
Cuatro policías han sido acusados de violación y agresión sexual, aunque rechazaron las denuncias.
Aunque los franceses tienen, en general, una buena imagen de la policía (un 82% de opiniones favorables, según un sondeo de enero de 2016), especialmente en el contexto de los atentados yihadistas que han sacudido el país en 2015 y 2016, la relación con los jóvenes es problemática en los sectores conflictivos en Francia, donde las fuerzas de seguridad son vistas como un elemento hostil.
Esta cuestión ya surgió durante los disturbios que estallaron en el país en 2005 tras la muerte, en una localidad muy cercana a Aulnay-sous-Bois, de dos adolescentes electrocutados que huían de la policía. En aquellos altercados, que duraron tres semanas, se quemaron 10.000 coches y 6.000 personas fueron detenidas.
Con información de AP