Con el correr de los años el grupo terrorista Hezbollah aumentó su presencia en Siria, donde apoya al régimen de Bashar Al Assad en su lucha contra los rebeldes. Pero en los últimos tiempos, la gran obsesión de los yihadistas está centrada en Alepo, una de las ciudades más golpeadas que vive una verdadera crisis humanitaria.
El líder de la organización extremista libanesa, Hassan Nasrallah, sabía que el costo sería alto. Pero poco importó. Miles de civiles fueron asesinados: se calculan unas 10.000 víctimas. Incluso en el medio Hezbollah mantuvo apartados enfrentamientos con sus principales aliados.
"Antes de la batalla, Nasrallah instruyó a 200 de sus comandantes militares a capturar la ciudad en una batalla rápida. Incluso si eso significaba la pérdida de 10.000 personas", declaró Abou Ali, comandante y terrorista del grupo libanés, en diálogo con Middle East Eye.
Sobre las muertes de esos civiles, el yihadista no mostró remordimientos: "Los civiles mueren en todas las guerras, pregunten a Francia qué hicieron en Argelia, pregunten a Israel qué hicieron en el Líbano". Y justificó el accionar del grupo a su compromiso por la "guerra contra el terror".
Meses atrás el régimen de Al Assad retomó el control de la ciudad. La colaboración de Hezbollah fue vital, y permitió a la organización terrorista propagar su presencia en suelo sirio. A raíz de esto asumió el papel de un ejército de ocupación, controlando vastas extensiones de esa región y justificando su responsabilidad en el asesinato de miles de civiles.
"Hezbollah está operando allí no sólo como una fuerza guerrillera, sino también como un ejército convencional", agregó Abou Ali, quien detalló que, tras la victoria frente a los rebeldes, los extremistas libaneses se trasladaron a través de las áreas conquistadas en tres grupos: un equipo defensivo para asegurar la zona; un equipo de desminado; y finalmente uno de "estabilización" para permanecer en puntos estratégicos.
El terrorista sostuvo que la oposición siria al final de la batalla no presentó mucha resistencia debido a la férrea ofensiva que emprendió el régimen con la colaboración de Rusia, Irán y Turquía.
Ya establecido en puntos estratégicos de la ciudad, ahora Hezbollah emplea todas sus energías en mantener ese control. Por eso, fueron creados varios centros de entrenamiento, como el de Qussayr, en la frontera con el Líbano. Ya pasaron más de 120.000 terroristas que se entrenan con las últimas armas provistas por Teherán, como misiles antitanque Toophan, el Karrar e incluso aviones armados.
Pero uno de los responsables de los entrenamientos de Hezbollah brindó a Middle East Eye un número de presencia muy inferior, al detallar que en el campo hay cerca de 10.000 combatientes. "El entrenamiento dura de tres días a varios meses dependiendo de las capacidades que van desde el combate, el tiro con francotiradores, el manejo de explosivos, el trabajo de reconocimiento, las operaciones especiales o la tripulación de artillería entre muchos otros", detalló.
Los choques por el control empezaron a recrudecerse y, según ese portal, comenzó a desquebrajarse la alianza con la dictadura siria. Alou Ali reconoció que floreció un resentimiento de los soldados sirios hacia los yihadistas. "Los soldados sirios son maltratados por sus superiores, lo que se traduce en una falta de lealtad al Ejército, pero ahora las cosas están mejorando con la reestructuración de la institución militar".
Las desconfianzas entre aliados no quedaron ahí. También hubo enfrentamientos con combatientes iraníes.
"Hubo un incidente reciente en Tell Eiss, cuando un desacuerdo entre los combatientes de Hezbollah y las fuerzas iraníes por su insuficiente apoyo durante la batalla se convirtió en una sangrienta confrontación cuando un combatiente de Hezbollah llamado Zulfikar mató a varios iraníes", relató Abu Hassan, compañero de Alou Ali.
Éste último, aclaró la postura del grupo terrorista libanés respecto a la participación de Rusia en la guerra siria. "Moscú no es nuestro aliado, sino una facción involucrada como nosotros en la guerra, socio del presidente Assad, pero como cualquier otro país tiene su propia agenda y nosotros nuestra agenda".
Sin embargo, el terrorista reveló que el Kremlin proporciona a Hezbollah apoyo aéreo e información de inteligencia.
Con la ayuda de Irán, los extremistas buscan expandir su huella en toda la región. Su próximo objetivo: Irak. "Hemos desplegado expertos en Mosul, así como entrenadores, pero no tenemos combatientes en el terreno", sostuvo Abou Ali.
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