Parece un espectáculo, pero no lo es. Es la representación nítida de la sharia, la ley que se aplica en algunos países musulmanes y que reduce los derechos de las mujeres a su mínima expresión. Azotes, prohibiciones y humillaciones públicas son comunes en Aceh, una provincia de Indonesia donde el islam es norma.
El repudiable espectáculo ocurrió en diciembre pasado, pero hace unas horas, el periodista Tarek Fatah lo publicó denunciando lo que ocurre no sólo en Arabia Saudita o Irán, sino, también, en Indonesia. "Azotar como un entretenimiento público", indicó el Fatah, un crítico absoluto de las costumbres medievales de la religión que también abraza.
La mujer había sido condenada por supuesta infidelidad. El precio que debió pagar fueron los latigazos ante una multitud que capturó el brutal momento en sus teléfonos celulares como si fuera un show.
La mujer, de quien no trascendió la identidad y cuyo rostro está cubierto con un velo, está de rodillas y colapsa luego de varios azotes que recibe por parte del verdugo totalmente vestido de marrón. Al caer, dos miembros de las fuerzas de seguridad la retiran.
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