El pequeño Brody nació con labio leporino, y su madre, Sara Heller, hizo lo mismo que la mayoría de madres en la era digital: llenó su Instagram con fotos del bebé.
Las fotos comenzaron a recibir comentarios muy desagradables, y aunque la madre trató de hacer frente a estas palabras de una forma positiva, lo cierto es que dañaron su autoestima, pues más allá de la apariencia en una foto, nadie podía entender que su hijo había nacido con el paladar hendido y una rara deleción del cromosoma 9, que puede causar importantes discapacidades intelectuales y físicas.
En una ocasión en la que la joven pareja que reside en Nebraska estaba cenando, Sara se derrumbó ante su esposo y comenzó a llorar desconsoladamente porque sentía que era muy penoso "leer los comentarios dolorosos en cada foto". Le explicó que, aunque amaba a su hijo, se avergonzaba de la raza humana y su capacidad para dirigir un daño a una niño completamente indefenso.
Sin embargo, en ese momento recibió un cheque junto a una nota anónima que decía: "Para su maravilloso bebé". Gracias a ese dinero, el bebé ha podido ser operado y ya se encuentra totalmente recuperado de la intervención, volviendo a ser el sonriente, lo que lo caracteriza desde sus primeros días.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, cada año unos 2.650 bebés nacen con un paladar hendido y 4.440 bebés nacen con labio leporino o paladar hendido.
LEA MÁS:
Uno de cada 600 niños nace en el país con labio leporino
El boom de los feos: el otro lado de la belleza