"Dos aviones de la Fuerza Aérea rusa y dos aparatos de la coalición internacional lanzaron bombardeos sobre instalaciones terroristas", informaba el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
Según el texto, respaldado por el propio ministro, el ataque había tenido lugar cerca de la localidad de Al Bab, en la provincia de Alepo.
De acuerdo con el comunicado, "ayer, 22 de enero, el comando de las Fuerzas Aeroespaciales rusas en la base de Jmeimim recibió las coordenadas de los objetivos del ISIS en la zona de Al Bab de la provincia de Alepo de parte de Estados Unidos, a través de la línea directa establecida con la coalición internacional".
"Después de llevar a cabo un reconocimiento adicional empleando vehículos aéreos no tripulados y sistemas espaciales", los cuatro aviones lanzaron el bombardeo, agregó la nota.
Los bombardeos "destruyeron varios depósitos de municiones y combustible, así como técnica militar, y una concentración de combatientes".
El Ministerio ruso de Defensa califica, por ello, de "muy efectivos" estos primeros bombardeos conjuntos entre Rusia y la coalición liderada por EEUU, que se produce nada más asumir el cargo el nuevo presidente de ese país, Donald Trump.
Sin embargo, no bien se conocieron los datos difundidos por Moscú comenzaron las dudas. El vocero de la coalición internacional, cuando le preguntaron por estas supuestas operaciones conjuntas, fue contundente: "Es basura".
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